Capítulo 41: La tormenta aún no se detiene

419 44 13
                                    

Narra Izaya:

"Sólo quiero
volver a abrazar
a Shizu-chan"

Acababa de decirme una enfermera que no tenía que preocuparme tanto, que según Shizu-chan ya estaba bien y que en cualquier momento podría despertar. Pero no despertaba.

¿Por qué seguía dormido?

¿Y si ya nunca volvía a despertar?

Tenía miedo.

Ya había pasado cerca de una semana desde que estaba así Shizu-chan. Había oído a los doctores decir que si seguía más tiempo así tal vez podría ya nunca más despertar, aunque cuando las enfermeras me veían sólo me decían sonriendo que ya en cualquier momento podría despertar y que todo iba a estar bien.

De seguro mentían.

Otra vez me había quedado dormido abrazando la tibia mano de Shizu-chan.

Al menos aún conservaba un poco su calor.

Abría lentamente mis ojos y sentí mi rostro húmedo y frío. De seguro había vuelto a llorar mientras dormía, o me había quedado dormido mientras lloraba. No sé. Pero ambas opciones ya se habían vuelto demasiado común.

Cada dos días. . . o uno. . . ya no sé ni cómo pasa el tiempo, pero mis hermanas me obligan a irme de vez en cuando con ellas para que me bañara y dejara de parecer un zombi, aparte de que me obligaban a comer aunque no tuviera apetito. Y me confiscaron a Kuro diciendo que no estba en condiciones de cuidarlo.

Agradecía que ellas estuvieran allí.

Si no. . . capaz que me hubiera suicidado a los pocos días de que Shizu-chan seguía en coma.

-¿Shizu-chan? -me levanté del suelo y agité levemente su cuerpo.

No abrió sus ojos, ni sus labios. Apenas y se movieron un poco sus cabellos.

No reaccionó.

Seguía igual.

Aún no despertaba.

-Shizu-chan -y, sin darme cuenta, comenzaron a correr frías lágrimas por mis mejillas. Las limpié con la manga de mi abrigo y me senté junto a Shizu-chan-. ¿Cuándo vas a despertar, Shizu-chan? -susurré dándole la espalda para no verlo en aquel estado y mi vista se perdió en mis zapatos y el suelo blanco y limpio.

En eso mis hermanas llegaron y se recargaron en el marco de la puerta.

-Vamos a comer, Iza-nii -dijo Mairu tratando de sonreír seguramente para subirme un poco los ánimos.

-Sí. . . -me levanté sin muchos ánimos y fui con ellas.

Me llevaron con ellas a su departamento y hay algo que tengo que recordar para siempre: jamás dejar que Mairu vuelva a cocinar. Es una de mis hermanas menores y la aprecio, pero ni mi pequeño gatito pudo comerse esa cosa negra que ella preparó. ¿Kururi cocinaría igual? No entiendo cómo es que logran ambas sobrevivir viviendo solas.

Después de comer una pizza que terminamos ordenando me metieron ambas a la regadera de su baño y me echaron un cambio de ropa diciendo que parecía una momia y luego cerraron la puerta.

Di un suspiro y comencé a desvestirme para meterme a bañar.

Siempre he sido flaco. Pero tan sólo en unos cuantos días he adelgazado demasiado. Ya me queda grande mi propia ropa.

Al terminar de bañarme salí con una toalla en mi cabeza para secar mi cabello sin muchos ánimos y vi a mis hermanas viendo en la televisión una película y obligando a mi gatito a ver la película con ellas. Me pareció demasiado extraño que Kuro-chan aceptara ver algo en la TV con ellas, pues normalmente lo dejan con su inocente mente de gato perturbada, pero luego descubrí por qué estaba allí mi gatito: no veía la pantalla, sólo pedía palomitas.

Celos [DRRR!!] ~ ShizayaWhere stories live. Discover now