🖇 ; 10.-

6.2K 691 298
                                    

Miss u.

Una mirada.

Una mirada a los ojos de JungKook fue todo lo que le bastó a Park Jimin para darse cuenta de la situación de mierda en la que se encontraba.

Había sido secuestrado por más de una semana y había follado con su captor. E incluso, tal vez había hecho más que eso. Había empezado a sentir cosas por él.

Las sensaciones en su interior revolotearon cuando la mirada de su amigo castaño pareció verse aliviada al conectarse con la suya. Y entonces, sin importarle que todo el mundo lo estuviera mirando y que Yoongi reflejara una mueca de disgusto ante su acción, se lanzó a llorar a los brazos de Jungkook.

Descargó toda su frustración y todos los sentimientos que, al parecer, se había obligado a reprimir. Quería irse, quería volver a la comodidad de su hogar, a usar su ropa y a comer como se debía.

Porque a pesar de que no lo habían maltratado, su alimentación fue precaria. Unos cuántos bocadillos al día y ya estaba. El rubio realmente, realmente, extrañaba la sensación de estar seguro. Y a pesar de que por un monento se sintió así en los brazos de su secuestrador, ahí estaba el problema. Era su puñetero secuestrador. No su novio.

Los brazos suaves y fuertes de Jungkook se presionaron a su alrededor, atrayéndolo hacia sí.

— Te busqué por medio mundo, Park. — el suave susurro cayó como bomba en su ya deteriorada cordura. Sollozó, aferrándose más a él.

Continuó llorando sumido en el cálido abrazo de su amigo, y no paró hasta que unos aplausos invadieron la atmósfera de la penosa estancia. Alzó la vista, volteándose y encontrando, por alguna razón, que no había nadie más que Yoongi y sus chicas allí. Como si todos se hubieran espantado ante la patética escena.

— ¿Qué es esto? — la voz del pelinegro se alzó, burlona — ¿una puta reunión de adolescentes?

Su entrecejo fruncido ligeramente le daba un aspecto desaprobatorio, con jóvenes arrugas surcando su rostro. Una luz en su mirada, casi furiosa, desató una tormenta en el interior del rubio, volviéndolo dócil.

Dios, quería irse de una puñetera vez. Borrar esa experiencia de su mente. Quería borrar las caricias del pelinegro; eliminar el efecto que sus ojos oscuros parecían tener en él, quería pensar que todo había sido un sueño. Pero no podía. Y con cada segundo que transcurría, creía en ello fervientemente. Necesitaba salir de allí, apartarse de aquél hombre nada bueno para él antes de acabar totalmente destrozado.

— Sácame de aquí, Jeon. — murmuró, casi inaudible — llévame a casa.

Y entonces se volteó, dándole la espalda al hombre más caliente que había visto nunca. Al dueño de sus placeres delirantes, de su corazón desbocado, de sus noches nostálgicas. A su dueño.

— No te molestes en volver luego, Jimin. — oyó detrás de sí. La voz monótona e inconfundible de Yoongi interrumpió el incómodo silencio, quebrando un poco más al rubio — Después de todo, sólo fuiste una buena follada.

Salieron a trompicones del lugar, escuchando detrás de sí el sonido de vasos estrellándose contra el suelo. Cerraron la puerta con cuidado y Jimin se estremeció cuando la brisa nocturna acarició su cuerpo, dándole la bienvenida a la realidad. Cientos de árboles decoraban la entrada de la que parecía ser una casa gigantesca y grotesca: su cárcel.

El terreno árido, decorado sólo por una que otra escultura al estilo romano le indicaba que estaban a las afueras de la ciudad. Gimoteó, con lágrimas calientes surcando sus mejillas para cuando JungKook le estaba abrochando el cinturón de seguridad. Así como no se dio cuenta de cómo llegó dentro del auto, tampoco se dio cuenta de a dónde se dirigían hasta el momento en que su amigo le indicó que estaban en la comisaría.

Se negó rotundamente a declarar en contra de Yoongi. No podía. Se sentía apegado a él en tantas formas diferentes que incluso se preguntó si había enfermado de la cabeza. Se había hecho un ovillo lamentable para cuando Jungkook accedió, con desaprobación en su voz, llevarlo a casa. Mejor así.

[ ♡ ]

Una semana después, Jimin seguía siendo un despojo patético de emociones. Había llorado todos los días, negándose a comer y a salir de su hogar. El miedo le carcomía las entrañas de una manera tan jodida que, incluso, parecía demente. Es que no entendía cuán mal podía estar para desear ver a su captor de nuevo, y al mismo tiempo, cagarse de miedo al pensar en ser secuestrado otra vez.

Realmente no había sido tan malo. Nadie lo había maltratado, nadie lo había obligado a hacer algo. Sólo lo tenían encerrado, casi sin comida, pero estaba bien. Bajo estricta vigilancia y con ropa poco agradable, debía admitir.

Había tratado de convencerse de que su estadía ahí no había sido tan horrible y le funcionó. Sin embargo, la sensación oscura de haber perdido su libertad pesaba más que cualquier pensamiento optimista.

Dos semanas después, se encontraba relativamente bien. NamJoon lo miraba con vergüenza, tímido, y con suerte le dirigía la palabra. En cambio, JungKook parecía querer consentirlo con cualquier cosa. Lo mimaba y trataba con tanta delicadeza que parecía estar a cargo de la joya más cara del mundo.

Decidió encontrar un trabajo, aburrido de vivir de la pequeña pero sustanciosa fortuna que sus padres le habían dejado al morir. Fue después de su vigésimo quinta entrevista en una semana en la que finalmente se estaba dando por vencido. Refunfuñó acostado en su sillón y maldijo mil veces. ¿Qué tan jodidamente difícil podía ser conseguir un contrato?

Llevaba cerca de tres horas viendo Friends para cuando sonó el timbre de su puerta. Extrañado, se levantó y caminó hacia la entrada de su hogar. Una carta café descansaba en el suelo y habían letras rojas decorando su exterior.

"Muñeco."

Sus manos temblaron notablemente al abrir el sobre destinado a él. Se estremeció al ver su contenido y tuvo que apoyarse en la pared para no caer. Todo le daba vueltas de una manera peligrosamente violenta.

Una lágrima silenciosa cayó por su mejilla.

Tres fotos yacían entre sus manos nerviosas. En todas se le podía ver en una situación comprometida. Teniendo sexo con las chicas en distintas posiciones. Siendo follado por Yoongi.

Se percató de una pequeña nota escrita con letras cortadas de alguna revista. En ella escribía:

"O vuelves, o te jodes."

____________________________________
¡NO SE OLVIDEN DE VOTAR Y COMENTAR!
Y tampoco me peguen, u u.

issues ➳ yoonmin [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora