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Pretty boy.

La mirada del pelirubio vagó a lo largo de la estancia, intentando encontrar desesperadamente la manera de salir del pub al que sus amigos lo habían llevado. JungKook y NamJoon habían insistido demasiado en sacarlo de casa, aún cuando él, Jimin, ni siquiera bebía o tenía idea de cómo bailar.

Una sonrisa tímida se coló entre los labios del más bajo, acompañada de un suspiro cansino. La música gritaba, ahogando sus palabras.

— ¡Ni siquiera tengo idea de qué es el tequila, Kook!

El menor soltó una carcajada cargada de ternura mientras impulsaba sus brazos a los hombros del mayor, rodeándolo.

— Entonces te has perdido el mejor sabor del mundo, Jimin-ah.

El peliclaro soltó una risa nerviosa, asintiendo repetidas veces, como quien no quiere seguir hablando del tema... porque la verdad es que Jimin odia el alcohol. Lo odia con todas sus fuerzas; tanto, que de sólo pensar en aquel líquido las náuseas se avecinan.

Decidió no continuar gritando a JungKook para que lo oyera; el chico se había convertido en un maldito lío. Su cuerpo indicaba lo ebrio que se encontraba.

Sus ojos claros se levantaron en señal de alerta cuando un cuerpo masculino cayó al suelo en la pista y se dio cuenta de que, quien sangraba ahí, era NamJoon. Se alejó a pasos agigantados del ebrio JungKook y se agachó junto a su amigo, anonadado.

— ¡¿Qué demonios...?!

Su mirada escaló lentamente el cuerpo del responsable del actual estado de Nam. Sus manos acariciaron nerviosamente a NamJoon, pero sus ojos seguían pegados en la anatomía del hombre desconocido.

Botas negras, pantalón negro y camisa negra. Un chico malo.

Qué cliché.

Pudo sentir cómo su pupila se expandía y volvía a contraer; pudo sentir cómo su cuerpo sudaba de forma asquerosa y también pudo sentir cómo su corazón se detenía por un segundo. Aquel rostro lo cautivó.

Aquel rostro lo sumió en plácidos sueños ridículos y lo llevó a un éxtasis momentáneo.

Qué idiota, Park Jimin.

El autor de los golpes le lanzó una mirada despectiva y fue ahí cuando el peliclaro se dio cuenta de que, quizás, había estado demasiado tiempo embobado mirándolo como para reaccionar correctamente.

— Cuida tu boca, precioso.

Sus sentidos se apagaron. Sus entrañas gritaron y su corazón pareció salir de su pecho.

Tus ilusiones serán tu destrucción, Park.

No se percató de todas las maldiciones que soltó en aquel lapso de tiempo y casi se avergonzó de su comportamiento. Casi.

— ¿Y tú, quién te crees que eres? — cuestionó, furioso — acabas de romperle la nariz a mi amigo, imbécil.

El chico de piel pálida sonrió ladino, con sus ojos fríos fijos en los del peliclaro.

Tan hiriente.

— Aquí tienes; por si se la quieres arreglar, bombón.

Un fardo de billetes voló sobre su cuerpo y se interpuso en su campo de visión. Jamás se había sentido tan malditamente encolerizado.

— Imbécil.

Las cejas del desconocido se alzaron en señal de desaprobación y Jimin se sintió un poco mejor. NamJoon se removió con incomodidad en el suelo, poniéndose de pie sin ningún problema, sujetando su nariz.

— Hombre, lo siento. Tú sabes que normalmente cumplo y no quería pasarme de listo. Estoy ebrio, ¿vale? Perdona a mi amigo y lleva tu dinero. No hay nada que arreglar.

— ¡Pero si te ha roto la nariz, gilipollas!

Una mirada furibunda se cruzó por el rostro sangriento de NamJoon mientras escupía, temeroso:

— Cierra la boca, Jimin. No eres un maldito bocón. Si yo digo que estoy bien, lo estoy. Quita tu mierda de aquí y ve con JungKook.

Los ojos del rubio se apagaron en una milésima de segundo. Ése imbécil no era el NamJoon que conocía y no planeaba perdonar tal humillación en mucho tiempo.

— Hazle caso, muñeco. Estorbas.

Se sentía indefenso; pequeño; como un ser sin protección ni oportunidad alguna de decir algo. Se sintió maltratado. Cristo, es como si se hubiera vuelto el blanco de burlas de todos en el lugar.

Una parte de él pareció romperse cuando finalmente se puso de pie y avanzó a la barra, alejándose de ambos.

No le importaba más; ni el capullo de piel clara y aspecto peligroso, ni NamJoon con su mala leche, ni el ebrio de JungKook.

La gente a su alrededor se dispersó y volvió a lo que estaban haciendo antes del bochornoso incidente.

— Entonces, Yoon, ¿todo bien? – oyó a su amigo cuestionar detrás de él.

Se volvía a sentir solo, como siempre lo ha estado.

issues ➳ yoonmin [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora