☠ 14 ☠

11.4K 978 59
                                    

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.


Narrado por Ares.

Observo cómo lentamente llevan el cuerpo de Dafne, inconsciente en la camilla, perdiéndose entre las paredes del hospital.

Usualmente no solemos visitar el hospital a menos que sea necesario, podríamos haberla llevado a la casa club y tener un ojo sobre su evolución, como hicimos cuando regresó, pero esta vez es totalmente diferente.

El maldito infeliz de Tyler la ha tocado. A mi mujer. Se ha atrevido a poner un dedo sobre ella. De sólo recordar cómo sus ojos azules se iluminaron ante mi aparición, alivio recorre mi cuerpo.

Ya está conmigo. Nadie más volverá a tocarla. Pero la ira vuelve a aparecer mientras imágenes de su destrozado cuerpo por los golpes, desnudo y con signos de abuso inundan mi mente.

¿Por qué?

Es la pregunta que lleva rondando mi cabeza durante cinco años, desde que ella decidió escapar junto a él. ¿Sabía que habían huido juntos? Sí. ¿Por qué no se lo impedí o fui tras ella?

Cuando amas a alguien, lo que más deseas es su felicidad. Y la suya estaba junto a él. De lo contrario, ¿por qué me abandonaría?

—Ares —Bobby aparece junto a mí, rápidamente me pongo de pie y espero que continúe—, nos hemos encargado de él. Rosalía se ha encargado de curarlo, está listo para ti. Lo tenemos en la cabaña.

—Muy bien. Gracias.

—De nada. ¿Hay noticias?

—No—suspiro, agarrando las raíces de mi cabello rubio y quitando los restos de él de mi rostro—. Sólo espero que el maldito de Tyler no la haya tocado. De haberlo hecho, tendrá una muerte más lenta de la que tenía planeada.

—Lo entiendo, hermano. Debo irme. Rosalía sabrá ayudarnos.

Sonrío sin ganas. Levanta una ceja en mi dirección, expectante a que explique el motivo de mi acto, pero sólo hay que ver cómo Rosalía ha conseguido que este duro hombre meta su polla dentro de sus pantalones. Sin utilizarla. Sólo para ella.

—Comparte tus jodidos pensamientos, y espero que no sea lo que estoy pensando.

—Entonces si ya lo sabes, ¿para qué quieres que te lo diga? —Me gano un golpe en las costillas de su parte—. Eres un cabrón. Sabes perfectamente que Rosalía te tiene comiendo de su mano. ¿Qué ha cambiado, hermano? Tu regla durante estos años ha sido siempre la misma: nada de sentimientos, sólo follar.

—La gente cambia.

Se encoge de hombros, como si lo que acaba de decir fuera lo más normal del mundo. Todos nos enamoramos. Yo el primero.

Stained © (Bloody Hell MC #1)Where stories live. Discover now