Capítulo 25: No estás sola.

Magsimula sa umpisa
                                    

- Quedó claro-me responde con voz vacilante, mientras me observa con enojo contenido.

-¿Segura? Porque no te veo soltandola ni te escucho disculpándote.

-Lo lamento, no fue mi intención tratarla de esta forma tan grosera-se disculpa de inmediato, soltando su brazo finalmente.-¿Podría disculparme?

-Estás perdonada-le responde Helena con una gran sonrisa de suficiencia.-Ahora lárgate y déjanos solos.

Con esto Helena comienza a caminar hacia mi, pero no puedo evitar notar que sus palabras han enfurecido aún más Marina de lo que pensé que era posible. Pero aún así, sale de la oficina y cierra la puerta tras de ella.

-¿Quién rayos es la tipa?

-Mi secretaria.

-¿Y por qué rayos tienes a una modelo por secretaria? Podrías haber contratado a una mujer de mediana edad con mucha más experiencia. Y que no luzca... Bueno, como lo hace ella.

- Estás celosa- sentenció mientras la tomo de la cintura y la acercó a mí, sin poder evitar la gran sonrisa que esto me provoca.

-Por supuesto que no-me dice de inmediato alejándose de mi agarre, pero alcanzo a notar el rubor en sus mejillas antes de que se gire.-Es solo, que es bastante grosera.

-Pero es muy eficiente, así que mientras no admitas que estás celosa, vas a tener que soportarla cuando vengas.

-Las personas con las que trabajas no son de mi incumbencia, además no vine a averiguar de tus empleados. Sucedió algo malo-me dice poniéndose mortalmente sería de repente, mientras me entrega una carpeta que ni siquiera había notado trae consigo.-Me enviaron esto a la universidad y no pude entender todo, pero creo que me están demandando.

-¿Qué?-le pregunto asustado arrebatándole la carpeta y comenzando a leer.

Y efectivamente, al leer tan solo unas cuantas líneas, me doy cuenta de que Helena tiene razón. La familia de Matheo Jesen; más específicamente su mamá, Amanda Jensen, está interponiendo una demanda por tentativa de homicidio hacia su hijo.

-Esto es una maldita estupidez-exclamo mirando de nuevo a Helena, que se ha sentado en una de las sillas y que ahora tiene la mirada pérdida, junto con una expresión vacía en su rostro.- Esto ni siquiera debería estar procediendo; él intento asesinarte primero, ¡dos veces!

-Pero él no logro nada, en cambio yo casi lo logré-me dice en un susurro y me asusta la manera en que su voz se escucha completamente plana, vacía de emoción alguna. Además de que en ningún momento sus ojos se apartan de ese sitio al que está mirando fijamente.

-Pero eso sucedió mientras el intentaba asfixiarte, ¡fue un accidente! Tú solo intentabas defenderte.

-Pero se cayó por mi culpa, yo lo pateé para que me soltará... Para hacerlo caer-me dice de nuevo en un susurro, justo cuando silenciosas lágrimas comienzan a resbalar por su rostro. Y ni siquiera esto provoca que su mirada vuelva a la normalidad, parece estar trabada en ese justo punto que mira intensamente. Y esta comenzando a asustarme.

-Oye, mírame-le pido y la tomo de su barbilla para girarla un poco. Pero ella en realidad no me regresa la mirada. Sus ojos están dirigidos hacia mi, pero no me mira, es como si estuvieran mirando algo más, algo que no soy capaz de saber. Y es aterrador.

-¿Y si quieren dinero?-me pregunta de manera robótica, aún en ese extraño trance.

-¿Qué no escuchaste lo que le acabo de decir a Marina? Todo lo que es mío, ahora también es tuyo. Si dinero es lo que quieren, pues les doy todo lo que tengo, hasta el último centavo de ser necesario.

Tú eres la razón. (#FixYou2) Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon