Capítulo 20

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Jungkook era incapaz de escuchar las palabras del propietario cuando entró al lugar diciendo "¡Chicos, lo siento tanto! El electricista dijo que la luz iba a irse de cualquier manera mientras desenredaba la telaraña de cables allá abajo. Ha sido una completa pesadilla de principio a fin. Primero los de la compañía de luz comenzaron a discutir con el dueño del edificio respecto a temas de seguridad y que los pagos no estaban al día y luego de eso..." Negó, no sabía de qué diablos estaba diciendo, él apenas podía moverse con Park Jimin babeando en su hombro derecho mientras su corazón latía con fuerza fuera de su pecho. No obstante, él pudo notar al hombre de mediana edad sonriendo al adormilado castaño, pronunciando un fraternal y muy cariñoso "Ustedes son tan cercanos", cosa de la cual hubiese estado encantado de burlarse. El hombre simplemente no sabía qué tan cercanos. Sin embargo, no se sentía como para bromas cuando siquiera y le quedaba algo de aire para respirar. Sus manos aún temblaban cuando intentó sacudir a Jimin fuera de su sueño. Lo logró unos segundos después, tartamudeando cuando le dijo que se iba a casa y que le llamaría luego. Frunció el ceño. Él, tartamudeando. El muy desorientado castaño asintió, aunque apenas estaba despierto, porque lo hizo hacia la nada, él estaba en la otra dirección. Con un suspiro le pidió al hombre que les observaba que le repitiese a Jimin que se había ido porque tenía algunos temas que resolver cuando este se espabilase. Jungkook recuperó su abrigo y el mayor le dio una fuerte palmada en el hombro, agradeciendo su tiempo y que las jaulas estarían esperando por ellos cualquiera de los siguientes días. Dio una última reverencia con una muy tímida sonrisa y muy pronto —tal vez demasiado— se encontró caminando lejos del lugar.

De camino a casa, decidió no torturarse, al menos no todavía. Si esto se trataba de alguna condición psicológica, se encargaría de ello luego. Tenía una muy seria discusión consigo mismo por el momento.

Su madre no se molestó en mirarle, estaba demasiado ocupada preparando el almuerzo para eso, lo único que le hizo saber que ella sabía que había llegado había sido ese "¡Llegaste temprano!" que soltó al aire una vez se encontraba subiendo las escaleras; él quería responder, pero realmente no tenía tiempo. Nada de tiempo. Dejó su abrigo sobre la cama, acomodando la calefacción a un nivel cómodo para que llevar una sola sudadera fuese suficiente. Se quitó las botas, el gorro y cualquier cosa que pudiese confundirle o distraerle. Tomó el espejo de cuerpo completo y lo situó en el centro de su habitación, se posicionó frente a él, suspiró y se miró fijamente. Iba a hacer esto en voz alta, era una locura y si cualquier persona le veía haciendo esto, estaría espantada. Pero él estaba frustrado, confundido y enojado. Y si todavía era Jeon Jungkook, iba a aclarar esto de frente y como viniese.

— Bien, ¿qué fue lo que pasó? — Preguntó a su reflejo, muy severamente, porque aquello definitivamente no había sido una recaída. Había sido Jeon Jungkook en todo momento y eso fue lo que le asustó. De hecho, "¿Qué fue lo que pasó?", no era la forma acertada de plantear la pregunta, sino "¿Cómo fue que pasó?". Se suponía que Jeon Jungkook era el mejor amigo de Park Jimin; confiado, cínico y enteramente imprudente. Y eran los mismos factores en Jeon Jungkook los que se suponían a que ayudarían a Kookie a tener la suficiente valentía para llevar los fuertes sentimientos de Jimin pesando en su espalda, para que no hubiese vuelta atrás y los aceptase correctamente. Se suponía que lo que quedaba de Jeon Jungkook en él se armaría, se juntaría y una vez tomado el control nuevamente, le ayudaría en su respuesta y decisión. Miró al espejo con furia brotando de casa esquina. — No se suponía que tu también te enamorarías. — Pero luego recordó lo tímido que se había mostrado luego, había tartamudeado, su corazón retumbaba fuertemente dentro de su esternón. La cabeza comenzaba a dolerle y comenzó a masajear sus sienes consecuentemente. Aunque no estaba seguro, aquello sonaba muy como Kookie y lo último que quería era que ambos se combinasen de alguna manera. Kookie y Jungkook eran tan diferentes, hasta ahora se las había ingeniado en pasar a ser alguno de ellos en moderadamente largos periodos de tiempo, simplemente no se imaginaba balanceándose entre ambas personalidades en todo momento. — Al final soy igual de ingenuo, me dice que soy sensual y caigo por él como calabaza rodando por el cerro. — Gimió, pasándose las manos por la cara, en busca de una solución. Su pecho parecía una clase de zumba cuando la respuesta llegó, sin embargo, él se sentía molesto. Ambas partes combinadas harían de su vida difícil como una perfecta hija de puta. — Bien, Kookie, parece que tú y yo hemos llegado a una conclusión. — Suspiró, quitando sus manos de la cara, sus ojos fijos en su reflejo. — Nos gusta a los dos.

Blindfold (目隠し) ʲⁱᵏᵒᵒᵏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora