Capitulo 23

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Ashley

Hoy tenía la cita con la oncóloga y me leería los últimos resultados que eran de suma importancia. Estaba tranquila porque yo sabía muy bien lo que me esperaba así que deje los nervios que se disiparan tan pronto salí del departamento de Mario. Debía ya regresar a mi departamento porque ya William sabe donde estoy así que no tiene caso.

Cuando el taxi me dejo frente al hospital deje salir todo el airé que contuve por todo el trayecto. Agarre mi bolso con fuerza y me encontré con William recargado de la pared dentro del hospital.

— ¿Quién te dijo que hoy tenía cita? — fue lo primero que pregunté cuando él se acercó a mí con ése caminar de yo soy el más macho.

— Tengo mis medios, gatita. Además te dije que te lo iba a demostrar y no quiero dejarte sola — respondió con una media sonrisa haciéndole un pequeño hoyuelo en la mejilla—.De verdad si no quieres estar aquí lo puedo entender — dije mordiéndome ansiosa el labio inferior y él me acaricio la mejilla con suavidad.

— Ashley voy a estar aquí hasta las últimas consecuencias — dijo tocando mi nariz con su dedo índice.

— ¿Aún cuando pierda mi cabello y no luzca atractiva? ¿Cuándo pierda gran parte de mi peso y tenga grandes ojeras? ¿Cuándo tenga solo ganas de estar en la cama y no quiera salir ni a la esquina para evitar las miradas curiosas? — pregunté recordándome todo lo que había pasado a mis dieciséis años y el sufrimiento por el que tuve que pasar.

— Si pierdes el cabello seguirás siendo hermosa y eso tiene arreglo con alguna peluca o puedo afeitarme mi pelo para que estemos iguales. El peso ni las ojeras me importan porque tú eres una mujer maravillosa no importa tú físico. Bueno y si tienes ganas de solo dormir puedo acompañarte en tu siesta y yo puedo evitar con un buen golpe la mirada de los curiosos — respondió rodeándome por la cintura sin dejar de mirarme a los ojos haciendo sentir la mujer más dichosa, pero no quería anticiparme él no era el hombre que me estaba mostrando aunque llegué a conocer al hombre dulce.

— ¿Por qué ese cambio, William? No te reconozco — me aleje un poco de su agarre y el moreno suspiro—.Ash yo puedo querer las cosas a mi modo y cuando yo diga, pero de verdad que lo que yo siento por ti ni siquiera lo había sentido así por Kayla — ¿Kayla? ¿Quién es ella? ¿Una novia quizás?

— Hablamos luego de lo que me acabas de decir porque tengo una cita a la cual acudir — William asintió y me guío con su mano puesta en mi espalda hasta la recepción.

Me tomaron el nombre como la vez anterior y luego de unos minutos nos pasaron al consultorio. Digo nos porque William no quiso quedarse y comenzó con el tonito de voz yo mando y no me obligaras a quedarme a fuera.

— Doctora Brown y bien ¿Cómo salí en los análisis? — pregunte a la pelinegra que estaba sentada en su escritorio y William a mi lado—.Señorita Cortez me temo que hay una complicación... ésta usted embarazada.

— ¿Qué? — dijimos ambos al unísono y nos miramos para luego posar la vista en la doctora. ¿Embarazada?

— Sí, usted ésta casi de tres semanas — respondió mirándonos a ambos con una sonrisa. ¿Por qué demonios sonríe si tengo que hacerme un tratamiento que tal vez la criatura no pueda resistir? Sentí una alegría dentro mi pecho que no cabía en mí. Iba a ser madre, dentro de mí crecía un pedacito de William y mío.

— ¿Cómo se hará un tratamiento si ésta embarazada? — pregunto William algo ¿preocupado?

— Ése es el problema hay que interrumpir el embarazo, ya — respondió así sin una pizca de remordimiento al estar hablando del asesinato de mi bebé—. ¿Quiero saber las probabilidades de que Ashley se salve? — volvió a preguntar William con el ceño fruncido y la mujer suspiro.

La fuerza del destino (DISPONIBLE EN AMAZON KINDLE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora