Capítulo 069.

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Llevé la taza de café hacia mi boca y bebí un sorbo. Justin no soltaba mi mano ni un segundo, pero no era nada lindo. Luego de haber visto a Connor con Marie comenzó a interrogarme de por qué estaba con ella y qué hacía aquí. No tuve más opción que decirle la verdad.

Su rivalidad comenzaba a joderme bastante. No tenía idea de cuál era el motivo por el cual se odiaban tanto, ni qué tenía que ver yo. Pero de una cosa estaba segura: jamás lograría que esos dos se llevaran bien.

—Vamos al apartamento. —Soltó, levantándose.

Lo miré. —Quiero quedarme con mi padre.

—¿No te dijo que estaba mejor? Luego podemos volver.

—Justin...—Susurré, reteniéndolo nuevamente.

—Vámonos antes de que le rompa los dientes a ese imbécil. —Respondió.

Mi corazón dio un vuelco, y me rendí ante él. Aquella ira con la que hablaba hacía que temblara de miedo, era obvio que aún no había superado todo lo que me había hecho hace unos años y dudaba que algún día pudiera lograrlo.

Subimos a su auto y el camino al apartamento fue incómodamente silencioso. Quería quedarme con papá, acompañarlo y darle todo mi apoyo para que pudiera recuperarse completamente. Pero no, Justin quería irse y yo como una estúpida iba detrás de él. A veces era detestable.

Aparcó su auto en el estacionamiento y bajó. Ni siquiera fue capaz de esperarme ni de abrir mi puerta; al bajar lo seguí con la mirada baja, notando que comenzaba a subir las escaleras y el ascensor estaba vacío. Refunfuñé en mi interior y en vez de subir los tantos peldaños hasta el tercer piso, subí a la caja metálica.

Apreté el botón y me preparé mentalmente para una discusión. Aún no sabía cómo enfrentarme a él sin ponerme nerviosa o que mis piernas temblaran. Lo amaba demasiado, pero le temía. Por más que él me protegiera, me amara, me cuidara y me hiciera feliz jamás lograría dejar de temerle.

Las puertas se abrieron de par en par y lo vi parado al lado de la puerta del apartamento. ¿Cómo demonios había llegado antes que yo?

—La tarjeta. —Dijo, fruncí el ceño levemente recordando que tenía la tarjeta para abrir la puerta automática en mi bolso.

Me sonrojé. —Ten...

Él se adentró al lugar y yo me quedé parada unos cuantos segundos en el pasillo. Luego de que me decidí por entrar también, cerré la puerta tras mis pies y dejé mi bolso sobre el sofá. Hacía bastante frío y la calefacción estaba apagada, supuse que si quería que Justin se dignara a encenderla debía pedirle una disculpa. Oh vamos, le había ocultado que su peor enemigo estaba viviendo bajo el mismo techo que yo. Creo que si yo estuviera en su lugar habría hecho un escándalo.

—Oye...—Lo llamé, entrando en la habitación.

Estaba sentado en la cama tecleando en su iPhone rápidamente, pero al momento de oírme me miró atento. Sabía perfectamente a qué venía, y no lo culpaba: era bastante predecible.

—Siento no habértelo dicho...—Dije, soltando un suspiro. —Estuve tan distraída todo este tiempo que no me preocupé por él ni por lo que sucedía en casa.

—Bien. —Respondió, y volvió a teclear su maldito teléfono móvil.

Mordí mi labio inferior. —¿Quieres dejar esa cosa y ponerme atención un segundo? —Solté, sorprendiéndome a mí misma.

Se levantó de la cama y se quitó su chaqueta, sin dejar de mirarme. Luego se quitó la sudadera y la dejó en el suelo, caminando hacia mí.

—Tomaré un baño. —Dijo, exasperándome.

Invisible »Jb. |FinalizadaWhere stories live. Discover now