La última oportunidad

Desmayo

Narra Samantha

Había pensado que el estar presente en la fiesta de compromiso de Deluxo y Sofía era una muy mala idea, esperaba al menos pasar totalmente desapercibida en ella.

La excentricidad de los millonarios me asqueaba, bueno, últimamente todo lo hacía.

---¡Y que vivan los futuros esposos!

Gritaron amigos y allegados a la pareja.

Muy nerviosa tomé mi bolso para de inmediato levantarme de la mesa en donde había permanecido sentada más de media hora.

Caminaba por el césped recién cortado del enorme patio trasero de la mansión Deluxo cuando sentí que alguien me seguía.

---¿Huyendo?

Me detuve en seco y mi corazón se aceleró.

¡Maldición!

¡Sabía que no debía haber venido a está estúpida fiesta!

---Me mentiste Samantha y yo detesto me engañen.

Kozac me tenía acorralada.

¿Qué debía hacer ahora?

¿Y si corría y escapaba?

El me encontraría de todas formas.

Derrotada, me giré lentamente para enfrentar al hombre parado justo detrás de mi.

--- Lo siento, lo siento mucho, de verdad no quise hacerlo.

No me gustaba su mirada, ésta era horriblemente aterradora.

---Eso haré, haré que lo sientas, no sabes cuanto...pequeña Samantha.

Su sonrisa simiesta y su voz ronca me estremecieron por completo.

---¿Qué me hará?

Nadie se encontraba a nuestro alrededor.

¿¡Por qué carajos está casa tenía que ser tan grande!?

---¿Alguna idea?

Bajó su mirada y miró mi cuerpo con lasciva.

---¡El...el me obligó!

Confesé finalmente.

--- ¿Quién?

Cuestionó desconcertado y molesto.

---Que agradable es encontrarlos aquí a ambos.

¿De dónde había salido?

Deluxo estaba frente a nosotros, sonreía burlesco.

¡Qué hombre!

---Debí suponerlo.

Aseveró el ruso escupiendo bilis mientras que Dorian  parecía divertido.

--- Claro que debiste.

Las miradas desafiantes de ese par daban miedo, parecía que en cualquier momento el uno abalanzaria sobre el otro.

--- Siempre supe de tu estúpida trampa, de tu inútil intento de separarme de Sofía tratando de hacer que me fijará en esta niña. Te tengo vigilado Kozac, todo a mi alrededor siempre lo está, nunca olvides eso.

Me encantaba Dorian, sin duda era el hombre perfecto  pero había aprendido algo también, y era que el, no era alguien de fiar al igual que el ruso.

---No mereces estar con ella.

¿Era enserio?

Rode los ojos al escuchar hablar a Kozac.

--- Ah ¿Y tú si?