Ganas

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Finalmente nos besamos.

Sin duda Dorian besaba como los dioses pero yo no caería tan fácilmente ante sus evidentes encantos y habilidades.

---Ya debería irme.

Acote mirando la hora.

--- No te vayas, quédate.

Puso ojitos de cordero degollado.

---¿Quieres que pasé la noche contigo?

Cuestione divertida, el sólo sonrió y ladeo su cabeza.

---Si...es decir, no de esa forma en la que piensas aunque si quisieras pues...tu sabes que me muero de ganas pero créeme cuando te digo que no es por eso que quiero que te quedes.

No pude evitar reír ante aquél parlamento.

---Debo llegar muy temprano para que no noten que me fui.

Afortunadamente mañana era sábado.

---Estarás ahí mañana muy temprano dalo por hecho.

Dorian tomó de mi mano y tiró de ella para después alejarnos hasta su habitación, la cuál si lucia bastante cambiada.

---Vuelvo en un momento.

Asinti con la cabeza para cuando lo vi salir de la habitación.

Sonreí al ver viejas fotografías de el con mi madre pero cuando encontré una foto tomada el día de mi graduación, en dónde salíamos juntos, no pude evitar sentirme realmente conmovida.

Deluxo por mucho tiempo había sido el hombre de mis sueños, y quizás ahora el al fin me correspondía.

Ilusa...

Sabía que Deluxo siempre jugaría conmigo y por más que pasará el tiempo el no cambiaría.

Incontables fueron las veces en las que añore tenerlo entre mis brazos y que el me quisiera aunque fuera una cuarta parte de lo que yo lo quería a él.

---Ya regresé.

El castaño volvió a reingresar a la recámara y traía consigo una botella de lo que parecía ser vino.

---No sé si el que bebamos sea buena idea.

Asevere dudosa mientras me acomodaba en uno de los muebles.

---Solo brindaremos.

La botella de vino ya estaba abierta y luego de un par de segundos lo observé vertir aquél líquido rojo sobre dos copas.

---¿Y por qué quieres brindar?

Le pregunté mientras aceptaba la copa que me ofrecía.

---Esa pregunta está demás ¿No lo crees?

Mi acompañante se sentó en otro de los muebles quedando frente a mi.

---La verdad es que pienso que no hay mucho que celebrar.

Afirme tomando el líquido que contenía mi copa.

---¡Claro que si! ¡Brindo porque estas aquí mujer! ¿No lo entiendes aún verdad?

Quizás en mi rostro se dibujó un signo de interrogación en ese momento.

---¿Entender que?

Lo observé cerrar sus ojos pareciendo molesto.

---Se que crees que nunca me importaste pero eso no es así, casi me muero cuando te fuiste.

Volví a tomar de mi copa para cuando el volvió a abrir sus ojos para mirarme fijamente.

La última oportunidad Where stories live. Discover now