Varicela

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--------Varios días después---------

Narra Samantha

Parecía que la suerte estaba a mi favor, sonreí de oreja a oreja al ver que Sofía lucía totalmente asquerosa, y si, su cuerpo estaba cubierto de horribles granos, hasta en la cara los tenía.

Afortunadamente cuando niña me había dado varicela y era inmune al terrible mal que aquejaba a la ahora no tan esplendorosa pelinegra.

---Sam...

La escuché llamarme a pesar de que sus ojos permanecian cerrados, el dolor y la incómodidad parecían apoderarse de ella.

---Si, digame.

Respondí atenta a su llamado.

---Ve con Naomi, yo estaré bien, además, Dorian debe estar por llegar.

Hice una mueca de desagrado al escucharla decir eso.

En los últimos días Deluxo no se había despegado de ella ni un solo instante, era algo así como su enfermero particular.

¡Qué fastidio!

---De acuerdo, pero si necesita algo no dude en avisarme.

Me puse de pie y abandoné la habitación.

Aún recordaba como hace un par de días a escondidas hice que mi pequeño sobrino enfermo con aquella epidemia se acostara en la cama de Sofía, nunca imaginé que hacer eso hubiese sido tan efectivo.

¡Pero que inteligente eres Samantha!

Ahora ella lucía espantosa y yo estaba más hermosa que nunca, esperaba ahora si captar la atención de su sexy galán.

---Oye hueca ¿En qué tanto piensas? ¿Eh?

---¿Por que tienes que ser tan grosera conmigo Naomi?

Le lancé una mirada asesina al pequeño demonio que tenía Sofía como hermana.

---¡Fácil¡ porque te lo mereces, no se como mi hermana no te ha corrido aún.

Escupió con desagrado.

---Pues ya ves, te toca aguantarme.

Sonreí victoriosa.

---Ten por seguro que eso no será por mucho tiempo, ya verás cuando se entere que andas atrás de su novio.

Iba a reprenderla luego de escucharla amenazarme pero el sonido de la puerta abriéndose nos sorprendió a amabas.

---¡Dorian!

La pequeña mocosa se abalanzó a los brazos del guapo magnate.

---Hola preciosa ¿Cómo te fue hoy en la escuela?

Deluxo tomó a la pequeña entre sus brazos y pasó por alado mío con ella.

---Buenas tardes señor.

Lo saludé con nerviosismo, el por su parte me lanzó una fría y congelante mirada sin responder mi saludo.

Inhale profundamente cuando me dio la espalda y siguió su camino.

¿Hasta cuándo pensaba seguir ignorandome?

Narra Dorian

---Mi amor no te rasques, vas a lastimarte.

Me dolía ver a Sofía en ese estado.

---¡Esto es insoportable!

Gritó desesperada.

La última oportunidad Où les histoires vivent. Découvrez maintenant