Samantha

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Narra Rhett

Sabía perfectamente cuál era el punto débil del gran magnate.

Luego de ser anunciada, una muy joven muchacha apareció frente a mi.

---Toma asiento.

Su cabello era negro y largo, sus ojos eran de un color verde hipnotizante

---Gracias.

Observé como cruzó sus largas piernas y yo me incline para observarla mejor.

¡Nada mal!

---¿Sabes por qué estás aquí?

Seguí analizandola.

---Más o menos.

Sonrió con malicia.

---¿Qué edad tienes?

Su piel era extremadamente blanca pero tenía unas ligeras pecas en su rostro, las cuáles la hacían verse adorable.

---Tengo 16 años.

Ella era la perfecta tentación para un pedófilo de exigente gustó como el de Deluxo.

---¿Cuál es tu nombre?

Volví a interrogale.

---Samantha...

Espetó.

--- De acuerdo Samatha, si haces lo que te pido tendrás mucho dinero ¿Lo sabes no?

Junto a mi, había un maletín con varios cientos de dólares.

---Claro, eso es lo único que me importa.

Esta vez sonreí yo, era más que obvio que está niña haría caer al imbécil de Dorian, sólo debía confiar en ella y dejarla actuar.

Narra Sofía

---Esta piscina es el doble de grande que la del hotel.

Naomi jugaba encantada en la piscina de la mansión de Dorian.

---Sabía que iba a gustarte.

Ambas estábamos dentro de la piscina, hacía bastante sol.

---Venga, salgamos un rato.

Llevamos más de una hora sumergidas.

---Noooo...sólo un poco más.

Observé que Deluxo se acercó hasta mi, tenía un abrigo toalla entre sus manos, al parecer el había notado mis intenciones de salir del agua.

--- De acuerdo pero ten cuidado, igual te estaré vigilando desde afuera.

---Vale.

El castaño me ayudó a salir y me cubrió de inmediato.

---Pero que caballeroso.

Sonreí divertida.

--- Debo cuidar de ti mi vida, no quiero que te me vayas a resfriar.

Me abrazó y me dio un casto beso.

---Podría pasar así contigo el resto del día.

Confesé aspirando su cuello.

---Hazlo linda, nada te impide princesa...

***Varios días después***

Narra Dorian

Manejaba camino a la empresa cuando el semáforo se puso en rojo, momento en el cuál aproveché para darle un sorbo a mi café, luego con el cambio acelere pero en cuestión de segundos algo o alguien golpeó mi auto.

La última oportunidad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora