Carretera

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Kozac me había mandado a llamar, estaba preocupada debido al poco avance que había tenido con el señor Deluxo.

---Aquí estás, disculpa la demora.

El ruso apareció de repente, llevaba más de veinte minutos esperándolo en su oficina.

---No se preocupe.

Me crucé de piernas, el parecía desnudarme con la mirada, aquello me hacía sentir de lo más incómoda.

---¿Cómo te va con lo que te encomede?

Cuestionó seco mientras tomaba asiento frente a mi.

---Yo...sabe se me ha complicado un poco.

Demasiado en realidad.

---Te pondré las cosas más fáciles niña.

Entrelamio sus labios, este sujeto daba miedo pero también era un triple papito y me gustaba.

---¿Harás lo que pida?

Su voz estaba más ronca de lo normal, su altaneria y egocentrismo me llevaban a pensar que el tenía al mundo a sus pies, y claro que lo tenía, si estaba podrido en dinero

---Si..si claro.

Balbucee cuando lo vi colocarse de pie, sus manos estaban dentro de sus bolsillos.

---¿Segura?

Caminó hasta colocarse detrás de mi, me sentí desfallecer cuando apartó parte de mi melena que se encontraba esparcida en mi hombro izquierdo.

---Tienes que hacer bien tu trabajo, guapa.

Habló casi susurrandome en el oído.

---¿Que..que es lo que debo hacer?

Cerré los ojos instintivamente.

---Serás la niñera de la hermana de una buena amiga mía.

Noté y escuché que se alejó de mi, de inmediato abrí los ojos.

---¿Niñera?

Kozac hizo que me pusiera de pie tomando una de mis manos.

---Ven aquí, toma asiento.

Me hizo sentar en otro de los muebles, en uno más amplio para ser exactos, después procedió a sentarse junto a mi.

---Si, como lo escuchaste, luego entenderás porque quiero que hagas eso.

Su mirada hipnótica me tenía embelezada, algo que sin duda el notaba, ya que sonreía con autosuficiencia, tanto, que parecía burlarse de mi.

---Esta bien.

Respondí aclarando mi garganta, aleje mi vista de el y miré al suelo.

---¿Qué sucede Samantha? ¿Estás bien?

Colocó su mano en mi rodilla y rápidamente sentí que me puse roja como un tomate.

---Eh..si, claro que si.

Una risilla nerviosa salió de mi.

---Eres una linda estafadora pero me gustaría saber que más haces...

Quitó su mano de mi rodilla para colocar sus dos brazos a lo largo mueble.

---¿A qué se refiere?

Frunci el ceño.

--- Ya sabes tu...

---No soy una puta señor Kozac, si es eso a lo que se refiere.

La última oportunidad Where stories live. Discover now