Capítulo 11

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            Todo se hallaba en silencio alrededor. La oscuridad se cernía sobre las calles de la ciudad. Las farolas apenas iluminaban un resquicio de la calle principal y poco más.

            Este siempre era el momento propicio para la salida de los vampiros para cazar.

            En uno de los laterales se hallaba alguien escondido, vigilante. Entonces un grupo de vampiros salían de una casa vieja donde no había ni una sola luz y la persona que estaba escondida pudo oír los gritos de alguien siendo mordido por ellos. Cuando los vampiros se habían alejado un poco de la casa abandonada, alguien salió a su paso.

            Los vampiros lo miraron descubriendo que era un cazador y sonrieron maliciosamente mientras se limpiaban la sangre.

            -Llegas un poco tarde para salvar a nuestra víctima ¿no crees?- dijo uno de ellos.

            -Llegué tarde a salvar una vida pero vosotros no tendréis tiempo de huir de mí.

            Rápidamente, el joven cazador, sacó dos espadas mientras los vampiros se acercaban a atacarlo, cortando así dos cabezas. Era un grupo numeroso de vampiros pero el cazador no se iba a rendir. Nunca más volvería a rendirse.

            Comenzó a atacar a diestro y siniestro y rápidamente había varios cuerpos y cabezas mutilados. Sólo quedaba un vampiro, justo el que le había desafiado cuando se toparon con él. Este lo miraba asustado pero sin perder la poca valentía que le quedaba.

            -¿Quién eres?- preguntó el vampiro.

            -Soy tu peor pesadilla…- susurró el cazador acercándose lentamente al vampiro.

            Soltó las espadas y sacó una estaca labrada, labrada con cada uno de los nombres de sus seres queridos y que había perdido con el paso del tiempo. Atacados por esas horribles criaturas que tenía ante sí y que odiaba con toda su alma.

            El vampiro miró al joven y pudo ver la oscuridad en su mirada. Una oscuridad cargada de rencor y odio que lo hizo retroceder lentamente.

            -Mira, chaval, ¿qué te parece si lo dejas pasar por esta vez? Anda, puedo ayudarte a encontrar a Seth si quieres.

            El joven no dijo nada, sino que siguió acercándose cada vez más haciendo retroceder aún más al vampiro pero este se topó con una pared y no tuvo escapatoria alguna. Intentó escapar por todos los medios que se le ocurrieron pero cuando se dio cuenta ya tenía al cazador encima, con la mano que sostenía la estaca en alto.

            Con una rabia contenida, el joven cazador clavó la estaca en el vampiro sin piedad alguna. La dejó ahí clavada hasta que estuvo seguro de que había acabado con él. Luego apiló todas las partes de todos los vampiros y los quemó para que quedaran hechos cenizas.

            El joven permaneció allí hasta que se consumieron las llamas que se reflejaban en sus oscuros ojos y no sentía pena alguna. A él ya le habían arrebatado a muchas personas queridas y ya era hora de que él se tomara la ley por su mano. Acabaría con cuanto vampiro se encontrase sin sentir nada. Su sed de venganza se había avivado mucho y no descansaría hasta haberla saciado.

            Cuando el fuego se había consumido, se dio la vuelta y se alejó de allí lentamente, perdiéndose en la niebla que se había producido de repente en la oscura noche.

            Unas noches más tarde, mientras Lucinda dormía, Alcander se acercó a la casa para verla. Paola le había informado de que aún no había recuperado la memoria. Subió hacia la ventana de la joven que siempre permanecía abierta y se asomó. La joven dormía plácidamente.

Deseos en la OscuridadWhere stories live. Discover now