Capítulo 10

2.5K 60 6
                                    

            La cabeza le dolía bastante, oyó una voz cerca pero a la vez parecía tan lejana que no supo distinguir a quien pertenecía. Lentamente abrió los ojos. Primero miró a sus brazos que sujetaban a Javier firmemente, luego desvió la mirada hacia un lado y se encontró con Alcander.

            -Lucinda… al fin abres los ojos.

            -Umm, mi… cabeza…

            -Te has dado un buen golpe, suelta a Javier, anda.

            -No… la… vampiresa…

            -Ya no temas, está muerta- dijo Alcander cogiendo al niño y colocándolo en el parque.

            Luego se acercó a Lucinda, la cogió en brazos y la dejó en el sofá.

            -Javi… está… está…

            -Ya, está llorando pero no puedo dejarte así, debe verte un médico, te diste muy fuerte contra la mesa.

            -Javi…- dijo ella y se llevó una mano a la cabeza.

            Alcander cerró los ojos e inspiró el olor de la sangre. Abrió los ojos rápidamente y cogió a Javier para sacarlo de allí y calmarlo.

            -Lucinda…- dijo mirándola pero esta había perdido nuevamente el conocimiento- Dios, Lucinda…

            Alcander se acercó a la joven con el bebé en brazos que no dejaba de llorar. Debía avisar a alguien pero ¿a quién? Ya lo tenía, avisaría a Paola, ella puede ayudarlo. El joven rebuscó en los bolsillos del pantalón de Lucinda y encontró el móvil de está, buscó el número de Paola y la llamó.

            Paola estaba en su hora de descanso cuando su móvil sonó. Era Lucinda, qué raro.

            -¿Sí?

            -Paola, soy Alcander.

            -¿Alcander? ¿Qué haces con el móvil de mi amiga?

            -Es urgente que vengas a la casa, hubo un ataque de una vampiresa, conseguí matarla pero Lucinda se dio un fuerte golpe en la cabeza, no reacciona y tiene sangre.

            -¡¿Qué?!- exclamó Paola- ya voy para allá, ¿le pasó algo al bebé?

            -No está aquí conmigo, aunque no para de llorar.

            -En unos minutos estoy ahí, aguarda.

            La joven colgó y salió del lugar sin avisar a nadie, no podía detenerse a dar explicaciones. En unos minutos se puso en la casa de su amiga y vio el cristal del salón roto y la puerta abierta. Entró y se dirigió al salón donde Alcander intentaba calmar a Javier y a la vez ver el estado de Lucinda.

            Paola se acercó rápidamente a su amiga.

            -Lucinda, contesta, amiga, abre los ojos.

            -Ya lo he intentado- dijo Alcander- pero no contesta.

            -Alcander, debo avisar a Rebecca, siento ser tan brusca pero debes marcharte.

            -¿Y el bebé? Está asustado, Lucinda lo protegió de la vampiresa.

            -Intenta calmarlo en lo que llamo a Rebecca, por favor.

Deseos en la OscuridadWhere stories live. Discover now