Capítulo 22.

1.6K 94 3
                                    

Él abrió la boca y la cerró, indeciso.

- ¿Sigues enamorada de Tony?

Mis ojos se abrieron por la sorpresa, claro, que en la oscuridad, eso no se notaba, y menos cuándo él estaba viendo mi nuca en estos momentos.

- Pues.... No.- Dije más segura de lo que jamás lo había estado.- Estoy enamorada de otra persona y te puedo asegurar que no es Tony.

- ¿Seguro?

- Sí.- Afirmé rotundamente.

- ¿Y quién es esa otra persona? - ¿En serio me preguntaba eso?

- Del tonto que ha ido a pegar a mi ex novio y tiene un labio partido por ello.- Reí suavemente.

- Eso me deja mucho más tranquilo.- Suspiró, y se acomodó, para quedarse dormido poco después.

A la mañana siguiente, me desperté sin Luke a mi lado, eran las siete y media de la mañana, me levanté para prepararme ya que había quedado con la chiquilla de Harry Potter a las nueve.

Cuando salí de la ducha, pude distinguir la voz de Luke desde la cocina, parecía estar hablando por teléfono, me acerqué en silencio, porque no quería molestarle.

- Cal, no, no podemos aceptar... Le voy a hacer daño, joder, no, me niego a hacerle eso a Tess.

¿Qué se negaba a hacerme? ¿Qué estaba pasando? Me coloqué de la puerta, tratando de controlar mis pensamientos.

- Sé que es una gran oportunidad.... Sí, podríamos ganar mucho dinero...- Su voz se notaba cansada.

No quería pensar nada raro, pero me negaba a seguir escuchando, así que entré en la cocina como si nada hubiera pasado. En cuanto puse un pie en la cocina, Luke puso cara de horror.

- Luego te llamo, tengo cosas que hacer.- Dijo con rapidez y colgó.

- ¿Quién era?- Traté de sonar casual.

- Cal.- Respondió quitándole importancia.- Buenos días, pequeña.

Se acercó a mi sonriendo y me dió un leve beso en la frente, yo le abracé por detrás de la cabeza, para depositar un suave beso en sus labios, sorprendiéndonos a ambos. Él puso un gesto de dolor, y recordé su labio partido, me separé y le agarré de la barbilla, examinándole.

- Tienes mucho mejor aspecto que ayer.- Anuncié satisfecha por mi trabajo de la noche anterior.

- Gracias... supongo.- Contestó entre risas.

Me serví el desayuno y comimos en silencio, tenía que averiguar de lo que habían estado hablando Cal y él por teléfono sin que sospechase que había estado escuchando, pero tendría que pensarlo más tarde porque me tenía que ir si quería llegar a tiempo.

Decidí a hablar a esa chica, no porque estuviera loca, si no porque había visto algo diferente en ella, algo que me había gustado y me vendría bien tener una amiga, desde que mis amigas se mudaron, no tenía para nada compañía femenina, y echaba de menos tener a alguien con quién poder compartir mis inquietudes y seguridades.

Llegué pronto a la cafetería, pero Isabel ya estaba allí, sentada en el mismo sitio de la última vez, con el mismo libro, que parecía estar acabando, me acerqué a ella, la chica me miró a través de sus lentes con cara de sorpresa.

- No pensaba que fueras a venir de verdad.- susurró, tímida.

- Siempre cumplo lo que digo.- Sonreí.

Ella me devolvió la sonrisa.

- ¿Puedo sentarme?

Ella asintió y guardó el libro en el bolso dejando ver un tatuaje en su muñeca derecha, era simple pero bonito, una  partitura con una clave de sol y tres notas.

Good girls are Bad Girls.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora