Introducción.

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Estaba en clase de historia, no había dormido en todo la noche, había estado leyendo hasta tarde, así que estaba jodidamente cansada. (Ah, antes de nada, debería advertirles de que soy muy mal hablada. Jé.) Estaba pensando en mil maneras de asesinar al profesor, cuando la puerta se abrió, y, yo, como patosa que soy, pegué un salto en mi mesa, tirando mi estuche al suelo. Cuando levanté la cabeza, pude observar que había un muchacho muy alto, rubio, con los ojos azules, mirándome con una expresión divertida en el rostro. Mi profesor me estaba dirigiendo una mirada asesina, así que me apresuré a recogerlo y colocarme como si fuera una buena alumna, para atender a lo que ese chico-jodidamente-sexy tenía que decir.

-Chicos, este es Luke Hemmings, se acaba de mudar desde Australia, espero que seáis buenos y después de clase le enseñéis el instituto.- Anunció mi adorado profesor. Ajá.

Él saludó a la clase con un gesto de la mano y se acomodó la mochila.

- ¿Dónde me puedo sentar? - Joder, tenía un jodido y precioso acento extranjero.

Eché un vistazo a la clase y sólo había un sitio libre, justo delante de mi. Oh, genial, tendría que dar por suspensa historia. Con un tío así delante era imposible concentrarse.

Pareció observar lo mismo que yo porque se dirigió al asiento y sin mediar palabra con nadie comenzó a sacar sus cosas. Pasé el resto de la clase de nuevo medio dormida y pensando en mil maneras de asesinar a mi profesor.

El timbre me sacó de mis maquinaciones y recogí a toda velocidad. Estaba dispuesta a salir por la  puerta cuando oí a alguien detrás de mi.

- Eh, señorita, se le  ha caído otra vez el lápicero.-  Su voz era inconfundible.

 Me di la vuelta completamente roja y él me lo tendió con una sonrisa burlona en la cara.

- Gracias. - respondí furiosa, cogí el lápiz y me fui. 

Nadie se burlaba de mi. Y menos ese novato. Agh.

Good girls are Bad Girls.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora