Capítulo 19. (Maratón parte 1/3)

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Buenas, chicas, aquí vengo con mi maratón, espero que os guste, como prometí por los 350 MG, eso sí, estoy viendo que el número de Me gustas en cada capítulo está decayendo por lo que me desanimo bastante, simplemente deciros que si veo que si siguen bajando, lo tomaré como que no os está gustando la novela y me plantearé el dejarla, de momento aquí tienen hasta el capítulo 21. Quiero que entiendan que no voy buscando me gustas pero si a la gente no le gusta, no tiene sentido seguirla, lo pensaré también la semana que viene la tengo bastante atareada y probablemente no pueda subir. ( El jueves voy al WWAT, el miércoles a la piscina, el sábado tengo una boda y así)

Muchas gracias por leerme <3

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Cuando salí de la ducha, Luke ya se había cambiado y habían un paquete de regalo sobre la cama.

- ¿ Qué es esto? - Pregunté.

- Es para ti, feliz Navidad.- Dijo sonriendo.

Me puse una camiseta y me senté en la cama para abrirlo. Era una caja bastante grande con un lazo.

- No tenías que haberte molestado, con el vestido y todo del otro día, era suficiente.- Le regañé.

- Ábrelo, anda.

Lo abrí con cuidado, dentro había un disco, con el nombre de "5 seconds of Summer" En la carátula y otro pequeño paquete.

- Oh dios, ¿habéis grabado un disco?

- En realidad te he grabado una sesión en directo del grupo. En especial Wherever you Are, vi que te gustó el otro día.

- Sí, era preciosa... - Dije indecisa, sabía que esa canción era algo especial para él, pero me daba miedo preguntarle.

- ¿Ocurre algo?

- Em... No...- No sabía si era buena idea preguntarle.

- No te gusta. Mierda, lo siento, yo, pensé que sería un bonito regalo, lo siento.- Me dijo con decepción en los ojos.

- No, no, para nada, me encanta, es sólo que... yo pensé que esa canción tenía un significado especial para ti, y no sabía si preguntarte.- Solté de golpe.

- En realidad sí, al fin y al cabo cuando ella se fue lo pasé mal, y escribir una canción referente a sangre y accidentes de moto no vende.- Se rió ligeramente, aunque sus ojos no decían lo mismo.

Definitivamente había sido una muy mala idea.

- Lo siento mucho.- Me disculpé con la cabeza gacha.

- No importa.- Dijo otra vez con brillo en los ojos.- ¿Entonces te gusta?

- Claro que sí.- Afirmé lanzándome a sus brazos.- Muchísimas gracias, de verdad.

- Eh, pequeña, espera, aún no has acabado.- Me recordó riéndose mientras me abrazaba.

Volví a mirar en la caja y cogí el otro paquete, lo desenvolví con mucho cuidado, una pequeña pulsera de plata con un una L, un trébol y una T, grabadas se deslizó desde la bolsa a mi mano.

- ¿Te gusta? Para que te acuerdes siempre de este viaje.

- Es preciosa.- Afirmé simplemente, embelesada por el tenue brillo del accesorio.

- Me alegro de que te guste.- Dijo sonriendo.

- Yo también tengo algo para ti, aunque no tan especial...- Dije avergonzada, ahora mis regalos me parecían una grandísima mierda.

Me acerqué a la bolsa y saqué un pequeño paquete y una caja, le lancé primero el paquete, encima de la cama, después cogí un rotulador, y me senté a su lado, con la caja.

Abrió el paquete de los gorros y me miró con sorpresa.

- ¿Cómo sabes que me gustan estos gorros

- Oh, vamos, sólo hace falta tener dos ojos, te los pones muy a menudo, y... me encanta como te quedan.- Acabé en un susurro.

- ¿Qué?- Preguntó él con una sonrisa burlona.

- No te lo voy a repetir otra vez, Hemmings.

Él sólo me miró con una sonrisa y me dio un beso en la frente.

- ¿Qué es eso? - Preguntó señalando la caja.

- Oh... Esto también es para ti.- Dije tendiéndoselo.

Abrió la caja y al ver las converse nuevas se le iluminaron los ojos.

- Joder Tess, eres genial, las otras las tengo hechas mierda, gracias.

- ¿Son tu talla?- Pregunté insegura.

Él las inspeccionó en busca del numerito, y cuando lo vio, sonrió.

- Sí, acertaste.- Dijo riendo.

Suspiré aliviada y cogí una. Destapé el boli y en un costado pinté "T" un trébol y "L". Él la miró y me pasó la otra zapatilla, repetí la operación con esa zapatilla.

- Siento copiarte la idea.- Dije sincera.- Pero estoy muy harta de los corazones.

- Además los tréboles molan más.- Corroboró él.

Se acercó a mi, lentamente, apartó la zapatilla de mi regazo y me miró.

- Sinceramente, creo que mis regalos son mejores.- Dijo apartándose y riendo.

- Que te den.

Me terminé de vestir, cogí los regalos y salí de la habitación dando un portazo, sin si quiera mirarle. No tardé ni dos segundos en escuchar la puerta abriéndose de nuevo.

- Vamos, Tess, era una simple broma.- Me reprochó mientras caminaba detrás de mi.

- Que te den.- Repetí.

Entré al comedor y me senté al lado de la señora Hemmings. Desayuné aprisa y entregué los regalos, cuándo todos me hubieron agradecido, me levanté y me fui a dar una vuelta por los al rededores del hotel, no era sólo la broma de los regalos si no que seguía confusa por todo lo que había sucedido en estos días, aún no sabía si podía confiar en él o en mí misma y no quería encariñarme demasiado rápido con él, pero su simple presencia hace que me pierda, nubla mis pensamientos y no sé distinguir entre lo que debería o no debería hacer.

- ¿Tess?- Oí la voz de Luke que me llamaba.- ¡Tess, maldita sea! ¿Dónde estás?

- Aquí.- Respondí resignada, saliendo de detrás de unos árboles que me tapaban de la vista de Luke.

- Oh dios, lo siento, lo siento mucho, fui un idiota, me gustan mucho tus regalos, de verdad, lo siento.- Se disculpó en cuanto me vio, abalanzándose a abrazarme.

- No es eso Luke, bueno... en parte, pero no lo principal.- Respondí separándome de él.

- ¿Entonces?- Me miró, preocupado.

- Creo que vamos demasiado deprisa, fue una mala idea venir aquí, con tu familia, no quiero decir que no me lo esté pasando bien, para nada, ellos son geniales, pero no sé Luke, hace nada ni siquiera nos hablábamos, estoy confundida, tienes que entenderlo.- Solté de carrerilla.

- Tienes razón.- Suspiró.- Hablaré con mi madre y mañana nos vamos de aquí, te llevaré a casa y después si tu quieres, pasaré el resto de las navidades contigo, pero de manera diferente, menos agobiante.

- Sí, por favor.- Me senté con la cabeza entre las manos.- Lo siento, soy una idiota, lo he jodido todo.

- No, es culpa mía por haber aceptado por ti, no es justo.- Dijo sentándose a mi lado.

Nos quedamos allí sentados, yo, con la cabeza apoyada en su hombro durante un largo rato.

- Deberíamos ir a hablar con tu madre.- Propuse, rompiendo el silencio.

- Deberíamos.- Corroboró él.

Y nos levantamos en silencio, en busca de su madre.

Good girls are Bad Girls.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora