Capítulo 20. (Maratón parte 2/3)

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Hablamos con su madre y ella comprendió en seguida, nos buscó un vuelo para el día siguiente en seguida, así que aquí me hayo, en el aeropuerto a punto de bajarme del avión, trás haber visitado mi país favorito, y haberlo jodido todo por indecisa e insegura.

Luke parecía tranquilo a pesar de todo, estaba convencido de que lo nuestro saldría bien, pero yo no esraba tan segura, según bajamos del avión me propuso entrar a una cafetería cercana, el avión había salido temprano y aún no habíamos desayunado, y así lo hicimos.

Acabábamos de entrar en la cafeteria, no había casi nadie, excepto una chica, al fondo de la cafetería, al lado de la ventana, estaba sentada en la silla de una manera curiosa, de modo que tenía la espalda apoyada contra el cristal y los pies sobre la silla, sostenía un libro sobre las piernas, la chica era hermosa, de rasgos finos y con lentes, le brillaban los ojos, que se paseaban por la hoja a gran velocidad, me llamó la atención, y mientras el aussie pedía los desayunos, me acerqué a ella, curiosa.

- Esto... siento interrumpirte.- Carraspeé, nerviosa.

Ella levantó la mirada del libro, sorprendida, y me inspeccionó, debió decidir que merecía la pena escucharme porque cerró el libro y lo dejó en la mesa. "Harry Potter y la Cámara secreta" puede leer en la portada. No me lo podía creer, me encantaban esos libros.

- Me llamo Tess.- Me presenté.- Y simplemente me pareciste una persona curiosa.- Añadí nerviosa.

- Umm... Yo soy Isabel.- Dijo mordiendose levemente el labio inferior.

- ¿Qué haces aquí sola el 26 de diciembre?- Pregunté con cuidado de no sonar grosera.

- Me gusta leer aquí cuando no hay nadie.

- Um... ¿La has leído entera o por primera vez?- Dije señalando el libro.- Me encantan esos libros.

- ¿En serio? Esta va a ser la tercera vez que me lea la saga entera.- Respondió entusiasmada.

- ¡Eso es genial! - Esa chica me había caído bien.

Luke apareció con dos tazas de café.

- Ey, enana, ¿desayunamos?

Isabel pareció ponerse nerviosa, porque cogió de nuevo el libro e hizo como que no había sucedido nada.

- ¿Nos vemos otro día? - Pregunté esperanzada.

- Claro.- Dijo rápidamente sin despegar la vista del libro.

- ¿Mañana aquí a las 9?

Ella levantó un segundo la mirada, para asentir y seguir leyendo.

- Voy a por los croissants.- Dijo Luke, dándome las tazas.

Fui con las tazas a un sitio alejado de la ventana, no me apetecía ver la calle en esos momentos, y me senté en una mesita cerca de la barra, al poco tiempo llegó mi ¿novio? con lo croissants y se sentó.

- ¿Quién era ella? - Preguntó con curiosidad.

- Se llama Isabel.- Contesté con simpleza.

- ¿Y de qué la conoces?

Maldije mi suerte, pensando que por qué había tenido que escoger justamente hoy, que lo único que me apetecía era estar callada y comer, para ser la persona más curiosa del mundo.

- De ahora mismo.- Respondí con una pequeña sonrisa,

Él me miró, interrogante.

- El libro que se estaba leyendo es uno de mis favoritos y decidí hablarle.- Expliqué con paciencia.

- ¿Y si es una psicópata? No puedes quedar mañana con ella, Tess.- Me regañó.

Fui a responderle que tenía razón cuándo reparé en que me estaba regañando como si tuviera 10 años.

- Yo también lo pude haber sido y aún así me hablaste.- Respondí, cortante.

- Eres una persona rara e impredecible.- Dijo con una estúpida sonrisa en la cara.

- Gracias.- Volví a responder, borde.

Dejé el croissant en el plato y bebí algo de café, bajo la mirada del rubio que tenía enfrente.

- ¿Se puede saber qué te pasa conmigo?- Preguntó, enfadado.

- No me gusta que me digan qué tengo que hacer.- Fruncí el ceño.

Él rió.

- ¿De qué coño te ríes Hemmings?

- Eres extraña.- Contestó, aún riendo.

- Extraña la hostia que te voy a dar.- Respondí, uniéndome a su contagiosa risa.

Él paró derrepente y me miró con seriedad.

- Jamás me harías daño.- Afirmó con seguridad.

- ¿Cómo sabes eso?- Le reté.

- Está bien, si eres capaz de pegarme, adelante.- Devolvió él.

Miré a mi alrededor, la cafetería se había empezado a llenar de gente mientras desayunábamos, y la chica del libro ya no se encontraba ahí.

- No te voy a hacer nada aquí, hay demasiados testigos, después si no, me denuncian por maltrato animal.- Reí maliciosamente.

- Ouch, eso me ha dolido.- Contestó con un gesto extraño, tratando de parecer ofendido, lo que logró que me riera más fuerte.- No te rías de mi.- Protestó.

- Eres gracioso.- Dije como pude, entre risas.

- Eso es un punto para mi ¿no? A las chicas os gustan graciosos.- Me sonrió, pícaramente.

Le sonreí, negando con la cabeza.

- También sé hacer más cosas, aparte de hacerte reir.- Esta vez, guiñó un ojo.

Le miré, con los ojos muy abiertos.

- Eres un cerdo, Hemmings.

- No decías eso el otro día.- Se terminó de beber el café y apartó la taza.

- Eres de lo que no hay.

Terminé yo también mi desayuno, y nos levantamos de la mesa. Luke se acercó a la barra, para pagar, mientras yo salía de la cafetería. Y entonces lo vi. El dueño de mis pesadillas, el que me había jodido la vida de todas las maneras posibles. Para mi desgracia él también me vio.

- Tess...- Dijo con su característica sonrisa.

Sus ojos verdes me taladraron, en ese momento, Luke salió de la cafetería y me abrazó por la cintura, sorprendiéndome.

- ¿Quién es este?- Preguntó extrañado.

- Él es...

Good girls are Bad Girls.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora