Parte III

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—Mello...

El aludido respiró profundo y el olor a pintura fresca ingresó en sus fosas nasales; ante sus ojos se encontraba el naranja chillón con el que habían pintado aquellas paredes y el blanco del techo. Removiéndose un poco en el suelo en el que estaba recostado, hizo crujir las hojas de los periódicos que habían colocado para no manchar el parqué.

—Mello...

Volteándose lentamente, miró de manera inquisidora a Matt quien, sentado de cuclillas, se dedicaba a fumarse un cigarrillo mientras observaba todo el lugar. Realmente, había sido una mala decisión el ayudarle. Ese maldito pelirrojo era un indeciso y por su culpa, llevaban demasiadas horas tratando de elegir un maldito color que le gustase. Girando nuevamente la cabeza divisó, a través de la gran ventana que allí había, las estrellas y la enorme luna llena que reinaban en aquel cielo. De seguro ya era muy tarde. Había acudido allí ante el llamado de su mejor amigo, quien muy emocionado le había dicho que el extraño de su esposo psicópata había puesto en sus manos la decoración de la casa que ambos compartían, ya que todo era jodidamente blanco.

— ¿Qué quieres, perro?- gruñó malhumorado y procedió a quitarse con parsimonia la remera que llevaba puesta. Tenía calor, aunque, quizás solo fuese producto de su enojo cuyo causante, no era la poca capacidad de su amigo para elegir, sino un recuerdo que no dejaba de dar vueltas en su cabeza desde hacía más de 4 meses, que provocaba que se le revolviera el estómago y un fuerte dolor de cabeza.

"¿Estará, Nate, junto a ese tipo en estos momentos?"

—Creo... que no me gusta.

Suspirando pesadamente, se llevó el antebrazo a la cara para taparse los ojos. ¡Maldito, Matt!

— ¿Por qué no has elegido los putos colores antes de hacerme venir aquí?

Se sentía frustrado, pero más que eso, se sentía angustiado y le molestaba el saber que no tenía nada que ver con la situación que estaba viviendo. Detestaba con todas sus fuerzas la idea de que Near estuviese con otro... la creciente posibilidad de que considerase a su nuevo amante mejor que él. ¡Dios! Odiaba el hecho de haber estado detrás de él más de dos putos años, para haberlo perdido en tan solo unos instantes.

"¡Espero que lo disfrutes, hijo de puta!" pensó y no pudo evitar pensar en Gevanni y el albino juntos. "¡Mierda, mierda, mierda y más mierda!"

Escuchó a Matt reírse y darle una excusa, a la cual ni siquiera prestó atención. No podía dejarlo estar, no podía dejar de pensar en él y estaba harto de ello.

—Deberías hablar con Near

Mello volteó el rostro para ver a Matt y su amigo esbozó una pequeña sonrisa. ¿Cuál sería la expresión que había estado manteniendo hasta ese instante, como para que ese pelirrojo distraído la hubiese notado e incluso, hubiese adivinado en quien pensaba?

A punto estuvo por responderle cuando escuchó unos pasos acercándose. Incorporándose lentamente se encontró con Beyond quien, mirando todo a su alrededor de manera impasible, dio un saludo conciso y se marchó de allí.

Matt se puso de pie de inmediato y todas las alarmas en el cerebro de Mello comenzaron a sonar. La había cagado, no sabía cómo, pero algo había hecho para cagarla. Poniéndose de pie avanzó hacia su amigo, quien ya estaba en el umbral de la puerta. No habían hecho nada, ni siquiera estaban en una posición comprometedora, sin embargo, él estaba sin camisa y... ¡Mierda! ¿La habían cagado?

Extendiendo su brazo, tomó a Matt por el hombro y lo obligó a voltearse.

—Creo que es mejor que me vaya- susurró temeroso.

MíngwángWhere stories live. Discover now