Capítulo 10: Avance

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Matt regresó al auto donde Mello ya estaba aguardando por él. El rubio le miró de manera inquisidora y él simplemente sonrió. La espera había sido larga, sin embargo, había obtenido sus frutos. Lo único que restaba por hacer, era que Elle reconociera en las imágenes, a la persona de la cual sospechaba. ¡Ojalá tuviesen suerte!.

Mello condujo tranquilo por la carretera para no llamar la atención, a pesar, de que Matt deseara que pisase un poco el acelerador. Era bueno que él estuviese al volante.

Su corazón latía frenético y el camino le parecía interminable. No había mucho para ver, o quizás fuese que su mente estaba inquieta, pero los árboles y los lagos estaban poniéndole nervioso. La ciudad, contrariamente, le trajo un poco más de calma.

Al llegar a la casa, se bajó prácticamente corriendo del auto, dejando a Mello olvidado allí. Era necesario que Elle viese las fotografías que había tomado, cuanto antes. El tiempo apremiaba.

Lo encontró en el living, en el mismo lugar del que casi ni se movía y caminó hacia él para tenderle las imágenes. No hacía falta palabras. Lo observó en silencio, tomarlas con esa particularidad suya con la cual sostienía los objetos, solo utilizando el dedo índice y el pulgar, y mirarlas unos segundos antes de devolvérselas.

—Es él- dijo y esbozó una media sonrisa.

Escuchó la puerta cerrada y se volteó a ver a Mello. El rubio tenía cara de pocos amigos y simplemente alzó el mentón a modo interrogativo.

—Es él, Mello- dijo Matt y no pudo evitar sonreír contento.

Elle volvió a hablar y él volteó el rostro para verle

—Es menester, idear una estrategia para introducirnos en su casa. El objeto que estamos buscando es una computadora portátil de color rosa y blanco. Las probabilidades de este en su poder son de un 87%

— ¿Qué hay en esa computadora, Elle?- preguntó Matt. Hasta ese momento había confiado ciegamente en el muchacho, sin embargo, cuando el peligro se cernía más sobre ellos, se le hizo imperativo obtener un poco más de información. No podía arriesgarse por nada.

—Información. Lisa Lindall estaba investigando a Light Yagami. Estoy seguro en un 95% de que las razones detrás de su muerte se basan en ese hecho.

—Está bien, entonces- dijo asintiendo fervientemente como para remarcar su apoyo a la idea de obtener la computadora.

—Creo que a partir de este momento, las habilidades de Mihael serán de mucha ayuda.

—Olvídenlo... Yo me salgo de esto-

Matt giró rápidamente su rostro hacia Mello, sumamente sorprendido de lo que acababa de escuchar. No podía creerlo.

— ¿Podría aclarar, Mello, lo que está tratando de decirnos?

—El tipo es demasiado peligroso... y B. ni siquiera me agrada. Tengo mucho porqué vivir, así que paso.

—No puedes estar hablando en serio- dijo Matt tan furioso como incrédulo.

—Mail, por favor- le llamó Elle de manera calmada.

—Es así, perro- respondió Mello sin el menor atisbo de culpa.

Escuchó una pequeña risilla escapar de sus propios labios. Era una broma, tenía que serlo.

—Dime que no es verdad, Mello

— ¡Maldita sea, Matt! ¿Estas sordo o qué? ¡No quiero hacerlo!

— ¡Eres un hijo de puta! ¡Maldito egoísta!- se abalanzó contra Mello enceguecido por la rabia que sentía. No podía ser cierto, no era verdad. Nunca antes habría creído que su mejor amigo le abandonaría en una situación tan delicada... cuando la persona que más le importaba estaba en peligro. Le pegó un par de puñetazos en la cara, sin embargo, él no reaccionó, hasta que intento asestar el tercer golpe, que fue cuando lo detuvo. — ¿Por qué me haces esto, Mello? Se supone que eres mi amigo.

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