Capítulo 9: Melancolía

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Elle giró la llave del departamento que había compartido con Light, hasta hacía tan solo un par de semanas atrás y sintió su corazón latir aprisa.

Light le había llamado, con la excusa de haber perdido las llaves y necesitar de allí, algunas de sus pertenencias, sin embargo, Elle conocía los verdaderos motivos detrás de ello, solo porque él sentía lo mismo. Ambos necesitaban verse, hablar o quizás, solo estar en compañía del otro. Se extrañaban.

Ingresando al lugar, lo descubrió exactamente igual a la última vez que había estado allí y la pequeña película de polvo sobre los muebles, dejaba en claro que hacía mucho tiempo que alguien había estado en aquel sitio, por lo que las probabilidades de que Light hubiese planeado algo en su contra se reducían considerablemente.

Avanzó hacia el comedor-cocina y tomó asiento para esperarlo.

No pasaron muchos minutos hasta que el castaño hizo aparición. El corazón de Elle latió frenético ante su presencia y tuvo que hacer uso de todo su autocontrol para contenerse y no besarlo en ese preciso instante. ¡Aquello era más difícil de lo que había imaginado!

—Buenas tardes, Yagami.

—Buenas tardes, Ryuzaki- saludó él deteniéndose en el umbral de la puerta a observarle —Pido disculpas, nuevamente, por haberte importunado.

—Comprendo las circunstancias que movieron tus acciones.

—Solo tomará unos minutos... No te preocupes.

—No hay apuro.

Light se encaminó hacia la habitación y Elle suspiró con pesar. Volver a verle, dolía más de lo que había previsto.

—Watari me ha hablado de tu ascenso... Felicitaciones, Yagami- dijo encaminándose hacia la habitación. Quería verle, conversar con él, aunque fuesen trivialidades

—Muchas gracias. Estoy contento, en verdad- dijo sin voltearse, se puso de cuclillas y abrió las puertas del placard para comenzar a revisarlo.

—Tienes vía libre.

Light suspiró con pesar y se volteó a verle.

—No tengo deseos de pelear.

Elle se llevó el pulgar a la boca.

—Solo estaba siendo evidente.

El castaño soltó una pequeña risita.

— ¿Has visto mi maleta?

—Bajo la cama- respondió notando, con cierto decaimiento, que decir aquellas palabras le costaba.

Le observó buscarlas donde le indicó y de inmediato llenarlas de su ropa en silencio. Tenía deseos de detenerle, de decirle que no se fuera... tenía deseos de hallar una forma de resolver aquella situación, podía hacerlo ¿Cierto? Después de todo, no era uno de los mejores detectives del mundo por nada, sin embargo, apretó sus labios para retener las palabras que luchaban por escaparse de ellos. Light debía irse, debían acabar con su relación, era lo mejor para ambos. Llegado el momento, no sufrirían tanto... quizás.

Por unos segundos, Light se quedó mirando una campera negra de cuero, cosa que llamó la atención de Elle.

—Ésta... la compré para ti- dijo e incorporándose, avanzó hacia él tendiéndosela.

—No considero correcto el quedármela-

—Acéptala... es un regalo- insistió

Elle la tomó entre sus manos y la miró unos instantes. Era bonita. No tenía muchos adornos, solo unos botones en las mangas y unas solapas anchas.

MíngwángDonde viven las historias. Descúbrelo ahora