CAP. 35

43 5 1
                                    

No emití sonido alguno ¿de verdad se estaba disculpando conmigo? Por medio de mis pestañas pude verlo con su mirada en el horizonte.

—No hay nada peor que una disculpa forzada. — dije seriamente al igual que él con mi mirada fija en algún punto invisible en el campus.

—¿Para ti cuándo no es forzada una disculpa?— dijo irónicamente.

—Cuando de verdad lo sientes y no lo haces por lastima. — Acomodé un mechón de cabello que se había salido de su lugar —pero está bien acepto la ''disculpa''— hice comillas con mis dedos — ¿Ahora ya me puedes dejar sola? — la verdad quería estar sola, no tenía ganas de pelear y con Joel a un lado era todo lo que podía hacer.

—No, no puedo— volteó a verme, lo miré con fastidio y tomé mi bolsa para ponerme de pie —No, no y no— repitió tomándome del tobillo pata evitar que caminara. — ¿Qué se siente cuando quieres estar sola y alguien está ahí sin dejarte en paz? — se refería a lo que yo hacía con él.

—No— alargué —yo estaba detrás de ti porque quería conocerte y tu ahora lo haces solo para molestarme— dije mientras intentaba liberar mi tobillo de su mano, pero la ventaja era que no dejaría la mitad de mi zapato entre la tierra.

— ¿Y ya no te interesa? — con un rápido movimiento me hizo caer en el césped.

—No, en lo absoluto— mentí

—No te creo— aseguró

—No me interesa si crees o no— le dije seria

—Oh vamos, aprovecha antes de que me arrepienta— sonrió. Insisto la sonrisa de este hombre es hermosa.

— ¿Aprovechar qué? — Contesté sin entender

—Responderé todo lo que quieras. — pasó su mano por su cabello despeinandolo un poco.

— ¿Lo que yo quiera?

—Bueno solo 5 preguntas— ya era un avance.

— ¿Por qué solo cinco?

—Porque no debe tardar en tocar el timbre y tengo que entrar a clases. Te quedan cuatro— dijo sonriente

— ¿Qué?— alargué molesta, esa no valía.

—Que solo te quedan cuatro. — Repitió —Ahora solo te quedan tres.

— ¡No! — grité entre molesta y riendo —a ver— dije mientras que analizaba en mi mente bien las preguntas que le haría. — ¿Por qué estas años atrás?— ¡Que estúpida! ¿Por qué pregunté eso?

—Tenía que encargarme de Angie y Gabriel, así que trabajaba mañana, tarde y noche y no podía seguir estudiando, así que me salí por un tiempo para juntar la mayor cantidad de dinero y luego poder regresar.

— ¿Porqué te encargas tu de Angie y Gabriel? — Él dijo que respondería todo.

—Mis padres fallecieron hace tres años— mi corazón se estrujó ante su seriedad al hablar —una tía se hacía cargo de nosotros— rio —pero ella tenía bastantes problemas e hijos como para mantenernos a nosotros tres— sonrió —hablamos y después de mucha insistencia nos dejó regresar a nuestra casa y desde entonces yo me encargo de todo- mis ojos estaban como un par de platos. —Y la última pregunta...

—La última...— dije pensativa. Sonreí y me acerqué más a él quedando a solo centímetros de distancia — ¿Por qué no te agrado? — soltó una carcajada

—Esa es fácil — dijo divertido y mi mandíbula casi perforó el piso —Para empezar... odio el rosa, eres una superficial, crees que solo por usar vestidos caros y tener un lindo cabello puedes tener todo lo que se te antoje— ahora él se acercó mas a mí y sentí como ahora mi estomago se retorcía —Pero por alguna extraña razón mis hermanos te adoran— subió su mano y acaricio mi mejilla ¡Dios mío! ¿Qué paso con él antipático Joel? —...Y creo que a mi comienzas a agradarme— la única acción que pude hacer fue cerrar mis ojos y esperar a que sus suaves labios hicieran contacto con los míos.

~•Pensando solo en mi•~ Joel Pimentel (CNCO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora