CAP. 33 (Maratón 3/3)

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Mis manos treparon por su pecho hasta llegar a su nuca y donde quedaron estáticas, realmente me había sorprendido. Sus manos al contrario impartían poderosas caricias tanto como en mi cuello como en la parte baja de mi espalda. Sus labios se mezclaban con los míos compartiéndome el exquisito sabor del chocolate que anteriormente había probado, pero sin duda alguna esto era mejor que el que había sacado de sus labios. Era tan intensa su manera de besar, me robaba por completo el aliento, tanto que mi pecho se expandía y contraía rápidamente tratando de recuperar entre besos el oxigeno perdido.

Su lengua se introdujo rápidamente en mi boca, cosa que sinceramente me fascinaba. Sus carnosos y dulces labios rosaban con los míos. Era una sensación tan placentera.

Me estrujaba entre sus brazos ¡Dios! Quería gritar para liberar todo el éxtasis que comenzaba a acumularse en mí. Finalmente reaccioné, ¡me estaba besando! ¡Me había detenido para besarme!

—Eres tan necia— susurró entre besos mientras bajaba por mi mejilla con dirección a mi cuello.

—Y tú tan testarudo...— eché mi cabeza hacia atrás dándole un mejor acceso a sus besos y leves mordidas. — ¿Porqué no admites que te encanto?— enderecé mi cabeza y este regresó a mis labios.

Avanzaba lentamente por ende yo retrocedía hasta que llegó un punto en el que no había escape. Estaba aprisionada por su cuerpo y la barra. Sus manos vagaban por todo mi cuerpo, por mi espalda, cintura, cadera, glúteos.

Ni la mas mínima brisa de aire pasaba entre nosotros —Admítelo Joel— dije en un suspiro ya que había regresado a mi cuello.

—Me encantas...— su mano comenzó a entrar por debajo de mi vestido —...Para una noche— mi temperatura interna de cuarenta grados prácticamente bajo hasta menos diez, era un imbécil.

—Eres un idiota Pimentel— lo empujé fuertemente y él solo me miraba divertido.

—Idiota no— sonrió —Sincero sí.

—Por favor Joel, lo menos que tienes es sinceridad— rodé mis ojos antes de sacarle la vuelta para salir de la cocina.

— ¿Hace unos segundos te morías por besarme y ahora soy un idiota? — caminaba tras de mí.

—Sí, un idiota con todas las letras— afirmé tomando mi bolsa que estaba en uno de los sillones de la sala —Tienes que arruinarlo con tu actitud de 'Oh mírenme yo soy el más malo y rudo del universo'— dije molesta con una voz rara.

—Y tú siempre tienes que arruinarlo con 'Miren yo soy la más hermosa y perfecta del mundo, ámame o muérete'— dijo sujetándome del brazo obligándome a voltearlo a ver.

—Por favor Joel— dije irónica — ¿Cuándo te he dicho eso?— reprimía todas mis ganas de gritarle, solo por Angie y Gabriel no lo hacía.

— ¡Todo el tiempo!— alargó levantando sus manos —Solo estas pensando en ti, solo piensas en lo que te beneficia a ti, solo piensas en que estúpido vestido rosa usarás mañana. — Su mirada se clavaba en la mía —No solo por ser 'Linda' puedes conseguir todo lo que se te antoja. — estaba ahora igual o más exaltado que yo.

— ¡Cállate Joel Pimentel!— le dije roja del coraje —Tú no sabes absolutamente nada de mí y mucho menos sobre que pienso a sí que...

—Oh claro que si sé— afirmó con una amarga y fría carcajada —Así como tu afirmas saber mucho sobre el 'Verdadero Joel'— hizo comillas con sus dedos —Yo también puedo saber mucho de una persona con tan solo verla— me soltó el brazo bruscamente antes de darse la media vuelta.

—A ver quiero escucharte...— lo reté —Quiero escuchar que es lo que crees saber de mi...

—Se qué...

— ¡Joel! ¡Llegaste!— la pequeña Angie llegó interrumpiendo nuestra 'pequeña' discusión. — (tn) nos ayudó a hacer un pastel—dijo con emoción —¿Quieres probarlo?—preguntó mientras esta era elevada en los brazos de su hermano.

—No, solo quiero verlo— le contestó serio mientras caminaba hacia la cocina.

Sin ni siquiera decir nada me di la media vuelta y caminé hacia la puerta.

Narra Joel:

Se escuchó cerrarse la puerta principal. Se había ido.

— ¿Qué le pasó al pastel?— preguntó Angie formando una 'o' con sus labios

—T-Tenia hambre preciosa— confesé

— ¡Joel!— alargo riendo — ¡(tn)!— gritó volteando hacia la entrada de la cocina esperando que cruzara la puerta —(tn), Joel se ha comido el pastel— se retorció en mis brazos para lograr que la bajara y así lo hice salió de la cocina y aproveché para tomar un trozo más. — ¿Por qué se fue?— preguntó con tristeza entrando nuevamente a la cocina —Ella dijo que se quedaría a cenar con nosotros— se subió a uno de los bancos, cruzó sus brazos y se recargó en la barra. ¿Tanto le agradaba?

—Hola Joel...— saludó Gabriel entrando a la cocina. —Hey ¿y (tn)?— ¿Pero a donde fue?

Narras tú.

—¿Dónde estuviste todo el día?— pregunta tu mamá. ¿Desde cuando le interesaba?

—No creo que te interese y hoy no tengo ganas de ser ignorada al momento que comienzo a hablar— dije cortante sin detener mi caminar hacia las escaleras.

— ¡(tn)! ven ahora mismo— ordenó y sin duda alguna hice caso omiso. — ¿Que no tienes celular? ¿Qué no puedes dedicar tres minutos de tu tiempo para avisarme donde estarás? Estuve preocupada— mentira. Seguramente recién se había dado cuenta de que no había estado en todo el día en la casa.

—Si tengo celular, pero si el tuyo no estuviera ocupado todo el día, si en tu oficina te pasaran mis llamadas y si aquí tuvieras el tiempo para responderlo... lo haría— me detuve solo para aclarar las cosas —Y no me digas que estuviste preocupada... si en realidad lo estuvieras, no llevarías ese vestido de fiesta.

—Tengo una importante cena...

—No pierdas tu tiempo explicándome, me da lo mismo— cualquiera pensaría que soy la peor, pero a ella no le interesa en lo más mínimo. Ya había dicho antes, lo que daría por que alguna vez me regañara o castigara. Pero ni para eso me dedica un poco de atención.


Espero les guste.

~•Pensando solo en mi•~ Joel Pimentel (CNCO)Where stories live. Discover now