CAPÍTULO 20: Contacto.

858 52 0
                                    


Cargaba la bolsa con pasos paulatinos y recordando las palabras que su marido le dijo antes de ir a comprar –Si vuelvo de la mezquita, te quiero encontrar en casa–Le dijo este antes de salir

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Cargaba la bolsa con pasos paulatinos y recordando las palabras que su marido le dijo antes de ir a comprar –Si vuelvo de la mezquita, te quiero encontrar en casa–Le dijo este antes de salir. Suspiro y se acomodó el velo que llevaba rato molestándola, cambio la bolsa de mano y giro levemente el rostro para luego encontrarse con la mirada de un hombre que la observaba de arriba a abajo, rodeada de ese atuendo azul que seducía las vistas. Se preguntó en ese momento si había sido buena idea salir con ese atuendo tan llamativo, pero llego a la conclusión de que no tenía nada de malo si no enseñaba nada. Se paró en el final de la acera y se dispuso a cruzar el paso de cebra cuando oyó unos pasos que provenían detrás de ella, giro su rostro y vio como Hawa se le acercaba ya desacelerando su velocidad y mirándola directamente, ella volvió a mirar la calle y cruzo sin darse cuenta de que la acechaba.


Hawa: ¡Perdona! –Exclamó justo al cruzar.


Aliyah se detuvo y la observó, a decir verdad, nunca la había parado una chica de su edad por la calle, se preguntó si podría ser amiga de Fátima o algún familiar, puesto que las vio juntas en el supermercado. Miró a su alrededor para asegurarse de que no había ningún conocido y avanzo hacia ella.


Aliyah: ¿Dime? –Contestó en Soninke.

Hawa: ¿Eres Aliyah verdad? –Preguntó esta vez en Soninke.


La chica no pudo evitar expresar un rostro chocante, frunció el entrecejo sin decir palabra mientras por dentro pensaba en por qué tanto interés.


Aliyah: Si ¿Por qué? –Logro decir poco después.


Hawa: Pensaras que soy una chica muy descarada, pero es que mis primos Ibra y Fátima me han hablado mucho de ti, y me ha entrado la curiosidad de conocer a la famosa Aliyah –Sonrió.


Esa declaración hizo que la chica volviera a mirar con cautela su alrededor, los nervios se apropiaron de sus pensamientos siendo consciente de que una calle más adelante se encontraba la mezquita donde su marido rezaba, se movió unos pasos hacia su izquierda y volvió a cambiar el bolso de la mano, siendo cubierta por un edificio que evitaba verla de primeras, las palabras de la chica atraparon su instintiva curiosidad de querer saber lo que Ibrahim había dicho de ella, pero el dilema mental entre lo que quería oír y el poco tiempo que le quedaba para que su marido saliera de la mezquita creaban un conflicto interno que la chica no podía controlar.


Aliyah: Oye, tengo que irme –Dijo con cierto nerviosismo, aunque su instinto le obligaba a quedarse.


Sus emociones contradictorias modificaban sus expresiones faciales, las cuales fueron percibidas por Hawa, quien sabía que muy en el fondo esa chica tenia sentimientos por su primo, pero la situación, la cultura y el momento evitaban que estuvieran ligados. Aliyah se giró y se encaminó hacia la siguiente calle, pero la otra chica reacciono rápidamente.


DOS PAÍSES Y UN AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora