CAPITULO 1: El principio de la ultima oportunidad.

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Quedaban cinco minutos para las once, cuando Ñuma, tocó el timbre del instituto esperando que le abrieran la puerta para poder acceder al interior

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Quedaban cinco minutos para las once, cuando Ñuma, tocó el timbre del instituto esperando que le abrieran la puerta para poder acceder al interior. El IES Dels pins era el instituto más grande de Pineda de Mar, situado en el centro del pueblo de los pinos, reluciente y destacable a primera vista, por su enorme tamaño y su estructura solemne, que le hacían tener un aspecto moderno. Por esa estructura atractiva y el nivel académico, habían añadido ese espacio moderno como uno de los institutos más valorados por la comarca. Nada que ver con el pueblo en sí, porque Pineda de mar era uno de esos pueblos que se volvían fantasmales en invierno al estilo del viejo oeste, pero en verano, como muchos otros pueblos de Cataluña, se volvía una mina de oro para los turistas.

Ñuma miró su reloj apurada.

- Llego justito -Pensó. Esperó un rato en la puerta, observando desde fuera como unos cuantos alumnos se dirigían a otra clase charlando e intercambiándose bromas, le parecía que aquellos niños estaban felices y que le ponían mucho interés a sus estudios, no pudo dejar escapar una incontenible sonrisa. De pronto el timbre de la puerta volvió a sonar obligándola a empujarla con fuerza. Entró y se sentó en uno de los bancos que estaban en la entrada, cuando una voz familiar le salió de detrás.

- Señora Jammeh, Buenos días – Le saludó la directora del instituto.

Ñuma se volteó para verla. Era una mujer bastante menuda, con unas gafas redondas que te daban la sensación de que iban a sobresalir sus ojos. Llevaba puesta una americana y una falda que le llegaba a la altura de las pantorrillas y unos tacones que le añadían unos pocos centímetros de altura.

- Ah, es usted, buenos días – Le contestó Ñuma simpáticamente.

- ¿Me podría acompañar al despacho si es tan amable?

- Por supuesto. –Contestó Ñuma mientras se levantaba del banco.

Siguió a la directora hasta llegar a la puerta del despacho. Se fijó en diferentes fotos, caras sonrientes dentro de un cuadro que se encontraba justo al lado de la puerta, transmitían la satisfacción de haber obtenido el título y de por fin haber terminado la ESO, pero entre todas esas caras no se hallaba ninguna conocida, bueno sí, habían algunas, pero no eran familiares. A lo lejos del primer pasillo de aquel enorme instituto, en una de las puertas de primero de la ESO, una niña de unos catorce años empezó a saludarla con los brazos en alto. Ella se percató de ello, y le respondió haciendo los mismos gestos con una sonrisa dibujada en la cara, mientras le indicaba la hora a la niña.

- No llegues tarde a casa – le dijo su madre moviendo los labios sin pronunciar palabra. Sonrió y entro en el despacho de la directora.

- Su hija es muy simpática - Sonrió mientras la invitaba a sentarse.

- Lo es, pero es un poco despistada como su madre –mencionó Ñuma con una risa mientras observaba otros cuadros que rodeaban el despacho.

- Bueno, pero la madre es lista y guapa. En eso es exactamente igual que tú – Expresó la directora del centro.

DOS PAÍSES Y UN AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora