CAPÍTULO 8: Salt city.

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Transcurrieron los días, las semanas, los meses hasta darle la bienvenida al deseado verano. Muchos de los ex compañeros de Ibra recibieron su título de la ESO, librándose por fin de esa "Cárcel" (así fue bautizada por Omar). El grupito tuvo que hacer un esfuerzo extra para lograrlo, claro está. Por su parte,  Ibrahim estuvo a su aire buscando trabajo por todos lados, intentando ganar dinero de cualquier manera posible, si por ello significaba hacer cualquier trabajillo puntual de unas horas, lo aceptaba. Conseguía el dinero y lo dejaba en una cuenta bancaria que abrió justo al ser expulsado. Su intención era encontrar un trabajo estable para poder independizarse y así no tener que oír las criticas de su madre hacia su persona por no haber aprovechado el curso. La situación con su vecina Aliyah, con la cual estaba obligado a cruzarse casi cada día, estaba tomando un rumbo que ambos no se esperaban. Siempre que se cruzaba con ella surgía algún que otro tema de conversación, que cada vez se volvían mas profundos. Lo que provocaba que ambos no se sintieran satisfechos por hablar durante tan pocos minutos u segundos. La confianza entre ambos incremento tanto que el chico por fin fue capaz de pedirle el numero.  Aliyah se sentía muy relajada cuando estaba cerca de él así que no pudo evitar dárselo y mantener el contacto, pero en su caso las cosas estaban cada día más tensas en su hogar. Su marido se había vuelto mucho más controlador y posesivo. No siempre la permitía a ir a comprar sola, ya que según él, muchos hombres la obvservaban con deseo y eso le hacia sentir inseguro. La mas mínima de las cosas era suficiente motivo para que el empezara una discusión con ella. Aquello se había vuelto en un infierno para Aliyah, quien no tenía más familiares cerca para poder contar sus cosas. Tenía que lidiar con todos esos pensamientos destructivos, y esas situaciones que una chica de su edad no debería soportar.

-¿Sabes que tuvimos que hacer para aprobar? –Preguntó Carlos sin recibir respuesta, -Pues tuvimos que hacer unos trabajos sobre la inteligencia interpersonal e intrapersonal, cosas raras ¿Sabes? –Volvió a añadir sin recibir respuesta por parte de Ibra que miraba fijamente su móvil.

- ¿Oye me has escuchado? –Volvió a preguntar al tiempo que miraba la carretera por si pasaba algún coche.

- ¿Ah sí? No veas, ¿Era complicado o qué? –Pregunto Ibra de manera forzosa.

Su mejor amigo negó con la cabeza y calo su mirada en el móvil de su amigo, que no paraba de estar pendiente de un chat en concreto –Siempre que miró tu móvil estas en el mismo chat, ¿Es ella no?–Le pregunto de manera burlona. Ibra levantó la vista lentamente y paro su vista hacia delante. Su mirada se encontró con la de un niño que estaba sentado en el coche de delante, rodeando con sus brazos a su perro, contemplando a los dos amigos con cierta curiosidad, mientras el perro no paraba de sacar la lengua. Por un instante se preguntó si aquel niño portaba el cinturón o era victima de unos padres irresponsables.

 - ¿Qué chat dices, Carlos? - Bloqueo la pantalla del móvil.

- Pues la de tu vecina. Desde que tienes su numero siempre tienes el móvil en la oreja, además de que cuando hablas con ella sacas a relucir una sonrisa perversa que ciertamente me incomoda -Dejo escapar una carcajada.

DOS PAÍSES Y UN AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora