"― No... por favor... ― dijo, queriendo cubrirse el pecho con los brazos. Ella sólo esbozó una sonrisa tranquilizadora mientras le ponía las manos amistosamente sobre los hombros.
― Tranquilo, no eres la primera persona con cicatrices que veo."
___...
Disclaimer: Fantastic Beasts and Where to Find Them pertenece a sus respectivos dueños. Sólo escribo por placer y sin fines de lucro
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
|Agosto de 1927| |Capítulo 48| |La Oscuridad y la Luz|
“Debo abrir los ojos” pensaba, sintiendo que todo su cuerpo era increíblemente liviano. Aquella sensación de enojo que quemaba en su pecho y la desesperación que amenazaba con volverlo loco cuando se enteró de que Rachel había sido secuestrada por los seguidores de Grindelwald parecía haber desaparecido. Nada de esos sentimientos negativos se encontraban dentro de él en ese momento. Al contrario, se encontraba en un estado de completa tranquilidad. Pero sabía, aunque aún estuviera algo adormecido, que eso no era normal.
“Abre los ojos, Credence… No estás muerto, ábrelos” se ordenó a sí mismo dentro de su cabeza. Al cabo de unos segundos, los abrió con lentitud. Sus párpados pesaban como si hubiera estado durmiendo durante varios días y tenía la cabeza algo embotada pero pronto pudo ver cómo era el lugar en dónde estaba. No podía ver ninguna cosa a su alrededor. Grandes extensiones de oscuridad lo rodeaban y tan sólo podía distinguirse a sí mismo, flotando en una inmensa nada. Movió sus piernas y manos para comprobar que podía controlar su cuerpo y tomó varias bocanadas de aire. Era seguro de que aún seguía con vida. El problema ahora era que no sabía qué era ese lugar tan extraño.
No obstante, y aunque le pareciera un poco raro, en cuanto Credence abrió sus ojos supo de inmediato que no se encontraba consciente. Porque a pesar de que no tenía ningún recuerdo de haber estado previamente en ese lugar, lo reconocía. Había cierta familiaridad en estar ahí y el hecho de que se sintiera tan lleno de paz le decían que efectivamente no era la primera vez que se encontraba allí. Quizás no lo había visto nunca estando despierto.
― Te dije que volverías aquí en algún momento ― le dijo una voz masculina a sus espaldas. Reconocía esa voz, era su propia voz. Credence se dio la vuelta y se sorprendió al ver a quien le hablaba. Era él mismo. Estaba en medio de la nada y detrás de él había un muchacho que tenía su mismo rostro, sólo que tenía un gesto mucho más duro y serio. Llevaba un traje negro y el cabello muy corto. El muchacho tenía la sensación de que no era la primera vez que se encontraba con él y eso mismo le hacía sentirse incómodo, porque no recordaba haberlo visto jamás.
― Hola, Credence. ¿Cómo has estado? ― preguntó el Otro Credence.
― Tú… Tú…
― Era broma. Por supuesto que sé cómo has estado. No hay nada de ti que no sepa. Puedo sentir todo lo que sientes después de todo.
― Eres igual que yo ― murmuró el joven, tratando de entender ―. ¿Cómo…?
― No me recuerdas… ¿Verdad? Si yo fuera una persona de verdad quizás estaría algo ofendido. Si vamos al caso, somos bastante cercanos.
― Siento que ya te he visto antes… pero no. No te recuerdo. ¿Ya nos conocíamos?