"― No... por favor... ― dijo, queriendo cubrirse el pecho con los brazos. Ella sólo esbozó una sonrisa tranquilizadora mientras le ponía las manos amistosamente sobre los hombros.
― Tranquilo, no eres la primera persona con cicatrices que veo."
___...
Disclaimer: Fantastic Beasts and Where to Find Them pertenece a sus respectivos dueños. Sólo escribo por placer y sin fines de lucro
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|Agosto de 1927|
|Capítulo 45|
|El Escarbato y el Demiguise|
Alimentar criaturas mágicas era un trabajo sumamente interesante, al menos para Credence, quien jamás había hecho nada que fuera parecido a eso. Honestamente, le parecía extraño que el señor Scamander tuviera tiempo para hacerlo todos los días pero era obvio que el hombre disfrutaba ese curioso pasatiempo por la sonrisa que llevaba en el rostro mientras iba de aquí para allá, visitando a sus animales.
― Mamá ya llegó, mamá ya llegó ― decía el hombre, mientras se preocupaba de darle grandes trozos de carne cruda a un gigantesco animal cuadrúpedo, de piel marrón viscosa y tentáculos en el rostro. Newt dijo que eso era un Graphorn y, a pesar de ser verdaderamente espantoso, el magizoólogo lo abrazó y dejó que el animal le jugueteara con sus tentáculos algo que Credence no se hubiera animado a hacer. Y esa no era la única criatura que había por allí. Mooncalfs, Glumbumbles, Erumpents e incluso una curiosa ave, llamada Fwooper, que cantaba en una frecuencia muy molesta a los oídos humanos. Credence iba detrás de Newt, cargando baldes con comida y alcanzándole herramientas cada vez que lo solicitaba.
A medida que pasaban los minutos, el muchacho iba sintiéndose más tranquilo y esa conversación que había tenido con Newt durante la cena, le parecía cada vez más una exageración por su parte. No podía creer que había sido capaz de pensar que entregarse a sí mismo a Grindelwald era un plan factible. El señor Scamander tuvo razón de ponerlo en su lugar. Sin embargo, aun pensaba que no podía sólo quedarse sin hacer nada. De todos modos, habría que esperar. No sabía en dónde se encontraba Grindelwald y, probablemente, este aún mantenía cautivo a Jake, por lo que no podía actuar sin pensarlo con detenimiento. Credence suspiró y se dio cuenta de que Newt echaba a correr de pronto. Lo siguió por inercia, buscando el motivo detrás de tan repentino comportamiento.
― Ven aquí... no debes hacer esas cosas... pequeño diablillo ― murmuraba Newt entra dientes y se lanzó en picada, hacia un pilón de hojas secas que había en el hábitat del bosque caducifolio. A continuación, Credence se quedó mirando como el magizoólogo forcejeaba con algo en el suelo ―. Quieto... quédate quieto. ¡Ajá!
― ¿Qué es eso? ― preguntó el muchacho, viendo que sostenía una especie de topo de pelaje negro y brillante pero que tenía el hocico similar al pico de un pato. La pequeña criatura luchaba por huir de las manos de Newt pero este lo tenía bien agarrado.
― Este... es un Escarbato ― espetó, mirando al animal como una madre miraría a su hijo cuando está por regañarlo. El hombre se puso de pie y exhaló con fuerza ―. Es incorregible y tiene debilidad por los objetos brillantes. Los roba y los guarda en sus guaridas a pesar de lo mucho que le digo que no lo haga.