"― No... por favor... ― dijo, queriendo cubrirse el pecho con los brazos. Ella sólo esbozó una sonrisa tranquilizadora mientras le ponía las manos amistosamente sobre los hombros.
― Tranquilo, no eres la primera persona con cicatrices que veo."
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Disclaimer: Fantastic Beasts and Where to Find Them pertenece a sus respectivos dueños. Sólo escribo por placer y sin fines de lucro
Aclaración importante: Este es el segundo libro de una trilogía sobre Animales Fantásticos. Como las historias pueden estar relacionadas porque ocurren en el mismo universo te recomiendo que leas el primer libro "Crónicas de un magizoólogo", disponible en mi perfil. Además este libro sólo está basado en la primer película de Animales Fantásticos ya que el primer libro de la saga fue publicado antes de que se conociera la sinopsis de Los Crímenes de Grindelwald, por lo que puede haber datos que difieran con respecto a las demás secuelas de Animales Fantásticos.
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FRAGMENTOS DE UN OBSCURIAL
LIBRO II - TRILOGÍA ORÍGENES
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【FINALES DE 1926】
【9】
【MIEDO】
Credence tuvo que contenerse de salir corriendo y comenzar a llorar en medio del desayuno familiar cuando se dio cuenta de que el asesinato del senador Shaw no había sido sólo un sueño como él creía. El responsable había sido él y era consciente de ello. Quería decirse a sí mismo que no había sido su culpa, que la Oscuridad había tomado el control de su cuerpo la noche anterior, pero había algo que no podía negar. El deseo de matarlo provenía de él, no de la Oscuridad, y eso lo asustaba de muerte. Ese mismo día, sintió a Modesty muy lejana. No le había hablado en toda la mañana luego del leve comentario que hizo cuando supieron las noticias sobre el senador y parecía estar evitándolo a toda costa. Si Credence entraba en una habitación, la niña lo miraba con distancia y se iba en silencio. El muchacho no tenía palabras para expresar lo rechazado que se sentía a verla comportarse de esa manera.
A media mañana, Credence salió a sacar la basura por órdenes de Chastity. Iba a volver de inmediato, pero no pudo hacerlo. Se quedó allí, en la pequeña callejuela que se formaba entre la residencia Barebone y la casa vecina, con la mirada quedada en los botes de basura. Apoyó sus heridas manos contra los ladrillos fríos y meditó ¿Qué debería hacer? Una cosa era desearle el mal a alguien que lo había insultado, pero otra muy diferente era ser responsable de su muerte. La culpa carcomía los interiores del muchacho. Y encima de todo, Modesty parecía haberse dado cuenta de que había sido él. Estaba seguro de que ella era la niña mágica que el señor Graves tanto buscaba pero a la vez, también pensaba que podría ser él mismo. Después de todo, la única explicación posible para haber asesinado al senador Shaw sin haberse movido de su cuarto era la magia.