Capítulo 20

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Reproducir: Heavy - Anne Marie

Bostezo una y otra vez mientras espero que Aria y Delta salgan de la casa de esta última. No soy una persona madrugadora y mis amigas lo saben muy bien, entonces no entiendo por qué quieren ser las primeras en despertar a América para cantarle el feliz cumpleaños. La barbie científica tampoco es una persona que ama despertarse temprano, pero tal parece que mis dos amigas todavía no se dieron cuenta. Apoyo la frente en mi ventanilla y empaño el vidrio con el vapor de mi boca, para luego hacer garabatos con el dedo. Me acurruco en el asiento porque es un día frío y las ganas de estar en cama durmiendo como oso invernando, son cada vez más intensas. Me imagino tapada hasta la nariz y María trayéndome chocolate caliente con sus famosas galletas de coco y limón. Mi ensoñación se ve interrumpida porque Delta me golpea la ventanilla con su llavero. La miro de mal humor debajo de mi capucha y me hago a un lado para que entre a la camioneta.

—Buen día —me saluda sonriente y con el rostro espabilado. La envidio.

—Traje cupcakes de coco —comenta Aria sacando una caja de cartón de su bolso. Le quito uno sin pedir permiso y me lo engullo de un solo bocado—. Buenos días para ti también —comenta alegre. Le gruño y ella pone los ojos en blanco—. Todos los días te levantas temprano, Dylan, no te quejes.

—Sí, pero mi cuerpo ya está acostumbrado a levantarse a la siete para hacer todo en quince minutos, no levantarme a las seis de la mañana. Es una hora antes y tarda en reaccionar —me quejo con la boca repleta de bizcocho.

—No entendí nada —comenta Delta.

Me encojo de hombros e intento agarrar otro cupcake, pero Aria me da un manotazo reprobatorio. La miro enojada.

—Son para la cumpleañera —me reprende.

—No me hiciste cupcakes para mi cumpleaños... Me regalaste ropa —le recrimino, porque ella sabe que odio que me regalen ropa cuando con libros y comida soy feliz.

El resto del camino tengo que soportar a Delta y a Aria hablar sobre el periódico del instituto y de lo emocionadas que están porque hoy conoceremos a Nathaniel Proulx. Cuando por fin llegamos a la casa de América, nos atiende su madre avisándonos que nuestra amiga todavía no se ha despertado. Subimos a su cuarto y Delta no tiene mejor idea que tirarse encima de la rubia que duerme como momia. Amy se asusta porque tiene su antifaz para dormir y se los quita. Nos mira asustada y las tres comenzamos a cantarle el feliz cumpleaños, claramente yo sin ánimos porque todavía no me despierto del todo.

—¡Ay no! ¡Ay no! —chilla mi amiga levantándose de golpe. Tiene su conjunto de satén rosa pálido y el cabello enmarañado. Se pone sus pantuflas de peluche color púrpura y corre al baño—. ¡Desgracia! ¡El apocalipsis! —grita alterada.

—¿Qué te pasa Amy? —pregunta Aria preocupada cuando llegamos a la puerta.

—¡Esto es terrible! —se queja lloriqueando—. ¡Me acaba de salir un grano en el medio de la frente! —solloza dramática—. ¡Y ya tengo canas!

Inevitablemente, como cada año, las tres ponemos los ojos en blanco porque América nunca dejará de ser dramática.

—Eres rubia, ¿cómo es posible que desde los doce años te notes las canas? —pregunta Delta. La toma de los hombros y la guía fuera del baño. América se sienta en el borde de la cama y Aria le muestra la caja de cupcakes. América se larga a llorar.

—¡Y encima ustedes me traen cosas grasosas! Voy a morir sola, gorda y sin Premio Nobel —comenta quejumbrosa y cubriéndose el rostro con ambas manos.

Mi problema favorito #1 [EN EDICIÓN]Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang