Epílogo

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MinGyu acercó esa delgada cintura hacia él a pesar de que estuviese acorralando a su dueño contra la pared. Se besaban hambrientos, encendiendo el deseo que no se hacía rogar cuando sus pieles comenzaban a tener contacto. El suave aroma de WonWoo lo volvía loco, el ruido de sus jadeos casi inaudibles, la sensación de calor entre sus manos y la lujuria que comenzaba a doler entre sus piernas.

Habían pasado dos años y aquella locura no cambiaba, solo algunas cosas que luego se olvidaron con el tiempo, otras, que serían difíciles de borrar en sus memorias y quién sabe cuántas otras vendrían.
WonWoo se había mudado prácticamente con él en aquel pueblo, llevándose consigo algunos beneficios para la gente que allí vivía. Su abuelo, con el tiempo entendió que no existía ora persona en la tierra que quisiese hacerse cargo de la editorial como su nieto y le permitió trabajar desde su nuevo hogar. Luego de todo lo sucedido en la que posiblemente, hubiese sido su boda, a la prensa rosa le vino bien el titular de que el menor de los Lee, era ahora el Sr. Wen y manejaba con gran actitud la constructora más famosa del país. Hablaron de ello por meses hasta que a una modelo se le vio haciendo un desnudo para su novio. WonWoo simplemente le agradeció en silencio y le envió fuerzas a la mujer porque debía afrontar el infierno que venía con la fama.

Ahora bien, ahora estaban allí comiéndose la boca en la nueva y remodelada sala de su casa, su hogar. Habían redecorado la estructura, pintado las paredes y, luego de una sorpresa, al año, tuvieron que encontrar un nuevo sistema de calefacción en el invierno.

—Min, no.

Las frías manos de MinGyu entrando por su pantalón eran la alarma para poner en alto un acto que le encantaba, aunque aún, no contaba con el tiempo suficiente para concretarlo. Tomando fuerzas para alejarse de aquellas rápidas y sensuales manos, abrió los ojos cegados por el deseo y miró el reloj detrás de la espalda del moreno.
Las manecillas le dieron fuerza, pero empujó a MinGyu al suelo cuando vió a varios autos estacionando del otro lado de la ventana.

—¡Mis hermanos están aquí! —dijo corriendo al baño cercano a la sala y arreglando la imagen que su futuro esposo siempre desacomodaba con sus caricias.

—No era necesario que me empujaras, cielo. —MinGyu hizo lo propio, abrochando de nuevo su camisa mientras hablaba un poco más fuerte para que el mayor escuchara en la otra habitación. Mientras tanto, afuera, se escuchaban las voces de todos a la vez que bajaban de sus vehículos y otros cargaban sus maletas.

—No grites, sabes que debes ser silencioso. —le reprimió WonWoo arreglando el cuello de la camisa.

—Lo estaba siendo, hasta que decidiste empujarme.

MinGyu le dedicó la mejor de sus sonrisas atrevidas y no tuvo más remedio que sonreir y abrazarlo. Los pasos resonaron en la escalera pulcramente pintada de blanco y la puerta de abrió de golpe.

—¡Sorpresa! —gritaron SeungKwan, MingHao, Chan y JeongHan.

WonWoo sonrió y todos se abalanzaron a abrazarlo. MinGyu les dejó el espacio que necesitaba y recibió con una sonrisa a JiHoon, a los padres de WonWoo y a los novios y esposos a los que ahora podría llamar cuñados. WonWoo también los saludo a todos con una sincera felicidad, hace mucho tiempo que no los veía.

—Te traemos una sorpresa. —dijo JeongHan con picardía, aunque, los pasos que resonaron ahora en la buena madera, dejaron de piedra a la pareja.

—A-abuelo.

El abuelo Lee entró con su pausado caminar, pero erguido como un árbol, su abuela sonreía con ternura un poco más atrás y se adelantó para saludarlos con un tierno abrazo antes de dejar el incómodo silencio. El abuelo de WonWoo no quiso saber nada más de él, al igual que lo había sido con su tío, pero allí estaba, en la casa que compartía con el hombre que amaba y con toda la familia reunida. Una lágrima traicionera rodó por su mejilla y la mano de MinGyu se aferró a la suya como un ancla de protección y ánimo. El viejo se dio cuenta de esto y suspiró cortando el silencio.

— No me mires así, ¿acaso no tengo derecho de ver a mi nieto y a los nuevos miembros de mi familia?

MinGyu dejó caer una tierna risa cuando observó a su WonWoo, colgarse del cuello de su abuelo para abrazarlo con fuerzas. Allí, bajo el conmovedor escenario en el que ahora se encontraban, todos sollozaron en sincera alegría y MinGyu lo supo; todos inclusive hasta los más poderosos, buscaban liberarse de sus pesos. Y cuando el abuelo de WonWoo le extendió la mano, él la recibió con gusto, sin querer las palabras de Smith, resonaron en su cabeza en aquel día de su niñez en el que le preguntó por qué seguía esperando por aquella mujer que lo abandonó:

Recuerda muchacho: Algunas personas mienten, pero buscan magia, otros silenciosamente se están volviendo locos. Yo me siento vivo cuando estoy cerca de la locura, no hay amor fácil que pueda hacerme sentir lo mismo...

—¿Y? —Preguntó SeungKwan en la realidad, buscando por todos lados. —¿Dónde está?

Como si lo hubiese llamado, el llanto de un bebé se escuchó desde el segundo piso y a todos se les iluminó la mirada.

—Yo lo traigo. —dijo WonWoo con suavidad mirando a la persona que más amaba en la tierra, quien los cuidaría siempre en cuerpo y alma.

—Aquí los espero.

WonWoo subió las escaleras mientras MinGyu conducía a todo mundo a la sala que estaba llena, tuvieron que traer toda silla que existiera y ahora, agradecía a WonWoo la idea de agrandar un poco más la casa para más habitaciones.
Mientras todos se acomodaban, observó por la ventana como los almendros comenzaban a florecer otro año más y su corazón se llenó de alegría. SeungCheol llegó a su lado para dar una suave presión en su hombro con orgullo.

Aquellos árboles, por fin verían a más niños además de MinGyu y este esperaba a que fueran muchos. 

Dedicado a todos los que leyeron esta historia

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Dedicado a todos los que leyeron esta historia. 


Wherever You Go ►MeanieWhere stories live. Discover now