❇ 인형 ❇ (boydoll) .Ten. [Terminada]

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— ¡Deliciosa tarta de banana!— la voz de la fémina apenas y se escuchaba, una por el ruido de la gente, la otra razón es que ahora ella se sentía muy cohibida dentro de esa botarga de mono, que pesaba el doble que ella — ¡Pasen a la casa de las tartas!

Su búsqueda de trabajos de medio tiempo había fracasado o al menos eso pensaba hasta que vio un letrero en la casa de las tartas, ella pensaba que se trataba de atender a los clientes, nunca dentro de una botarga, sudando como porcino y también siendo empujada por los jóvenes, tenía que aguantar, si quería tener dinero tenía que aguantar aunque sus brazos ardieran como en ese momento, sostenía un cartel dando publicidad a la casa de las tartas.

¿Qué cuanto llevaba ahí parada? Había perdido la cuenta en realidad pero había llegado durante la mañana y ahora estaba oscureciendo, a veces quería arrepentirse de sus errores y regresar a casa con sus padres, pues así no tendría la necesidad de soportar aquello.

— ¡Qué mono tan feo! — la voz de un niño, hizo que bajara su vista mientras el infante comenzaba a patear la botarga y por ende a él la también.

—¡Oye amiguito, no seas grosero! — Hana trataba de no perder el equilibrio mientras seguía sosteniendo el cartel hacía arriba — ¿porque no vas a comer una tarta? — como respuesta el mocoso le sacó la lengua mientras la empujaba, y ella caía de trasero al piso.

Soltó un gruñido al tratar de levantarse, el disfraz era pesado pero durante el día la habían tumbado como cinco veces, las primeras veces la gente le ayudaba pero después ella había tenido que aprender una técnica para pararse sola, cuando estuvo nuevamente equilibrada, se quedó estática al ver la figura de Chittaphon mirarla desde el otro lado de la calle, si esos orbes plateados destilaban y brillaban, pero no sabía si era de enojo o felicidad.

Ella no le había avisado a donde iba, simplemente salió de la casa sin decir ni una sola palabra, ahora el caminaba hasta donde estaba ella., se sentía tremendamente ridícula al pensar que la veía a ella pues no la reconocería detrás de aquella botarga.

Simplemente había fingido no saber nada, mientras se volteaba y regresaba frente al local de aquellas tartas, nuevamente promocionando la tarta de banana. Un simple toque en el brazo la hizo voltear...

¡Qué jesucristo se apiadara de ella! No había observado muy bien a Chittaphon, pero ahora lo hacía él estaba aún lado de ella con una cara sería pero eso no es lo que la había puesto rígida o tentarse, el cabello de Chittaphon iba despeinado y en tonos color azul y algunos en morado, ¿dónde había quedado su hermosa cabellera negra?

— Así que... ¿esto es lo que has estado haciendo durante todo el día? — cuestionó con seriedad mientras escondía sus manos en la sudadera negra.

—¡No se de lo que habla, señor! — había fingido tener una voz muy gruesa o más bien parecía gangosa que se había escuchado ridícula — ¡Visite la casa de las tartas! — terminó aquello mientras ella se volteaba.