No te culpes

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Mis ojos picaban, los cerré con fuerza y deje escapar una lágrima, la cual limpie con rapidez procurando de que nadie me viera. Todos estos golpes de recuerdos me hacían sentir demasiado enferma, como si quisiera vomitar y vomitar sin parar. No podía con tanto, deseé demasiado en poder recordar el pasado, que no me dí cuenta de que seria la peor cosa que alguien pueda pedir.

"Pequeña" recordaba una y otra vez.

Los chicos iban en la parte trasera de la camioneta, de vez en cuando miraba a Mike por el espejo retrovisor, este se veía muy tranquilo al igual que los demás y hasta Eleven parecía quedarse dormida. Mire a un lado y Hopper seguía conduciendo, ya estaba anocheciendo y estar a un lado él me daban las ganas de soltar las lágrimas y sollozar. 

Esa noche pude haberlo matado, tal como mate a esas personas del laboratorio.

Soy un maldito monstruo.

Me tape los ojos, intentando dejar esos pensamientos de lado.

—¿Qué te sucede, niña? —hablo Hopper, quite mis manos de mi cara y las palmas de mis manos estaban mojadas de mis lágrimas—. Estas muy extraña, aparte de tener esa extraña cosa en el cabello.

Lo mire tragando saliva y limpie mis ojos con el dorso de mi mano.

—Solo... Estoy cansada, eso es todo.

Solté las palabras con algo de dificultad y lo mire. En parte no era mentira, estaba cansada de toda esta maldita situación y quería que todo acabara de una buena vez. Solo quería que terminara.

Hopper no parecía convencido del todo, regreso la vista al camino sin preguntar nada más y seguimos el resto del camino en silencio. La noche ya había caído y llegamos a la casa de los Byers, apenas estaciono el auto, bajamos del vehículo y rápidamente salio la hermana de Mike para abrazarlo, se pudo notar al chico algo tenso y Nancy miro a Eleven.

—¿Ese es mi vestido?

Eleven me miro sin saber que decirle, levante las manos en forma de "no sé". La chica no me dejo de mirar y solté un suspiro.

—Ehhh... Sí —conteste por ella.

[...]

Mike termino de explicar lo de la pulga y el acróbata, él estaba sentado en el sofá y yo estaba en el suelo acostada en forma fetal. Tenía hambre, pero no quería decir nada por la vergüenza, aparte de que aun estaba cubierta de esa cosa viscosa y de seguro, parecía un moco grisáceo gigante.

—¿El portal esta bajo tierra? ¿Junto a un gran tanque de agua? —pregunto Hopper, lo mire y asentí extrañada.

—¿Lo vio? —pregunte y el hombre asintió. Eleven no dejaba de ver a Hopper, al igual que este a ella—. ¿Cómo estuvo su experiencia oficial?

El hombre me miro entrecerrando los ojos, a lo que hice lo mismo.

Prosiguieron a que Eleven intentara contactar a Will y a la amiga de Nancy. La chica fue a buscar una foto de su amiga, me levante del suelo haciendo que Joyce me mirara con los ojos abiertos y con una mueca de asco. Esto no era exactamente como esperaba conocerla, pero no había nada que hacer al respecto.

—Oh, cariño —exclamo Joyce al verme, mire mis prendas y recordé la cosa viscosa—. No puedes estar así. Ven, te mostrare donde esta el baño y te daré ropa limpia.

Me tomo de la mano como si fuera una niña pequeña y me guió al baño, soltó mi mano para girar la llave del agua caliente. Me pude ver en el espejo y vi que estaba hecha todo un desastre, mi pelo estaba pegajoso, mi ropa estaba igual gracias a la sustancia viscosa y tenia unas terribles ojeras.

—Cuando termines, me das tu ropa para lavarla —asentí y susurré un gracias—. ¿Cómo fue que te paso esto?

La mire a los ojos y se formo un nudo en mi garganta, tenia que contarle la verdad.

—Yo... Estuve en el otro lado —solté con dificultad, no quería contarle sobre como no pude rescatar a Will y sobre como lo deje sufrir más tiempo con el Demogorgon. Como era de esperarse, Joyce pegunto por Will, cerré los ojos queriendo volver a llorar, la culpa me estaba matando y la situación era mucho peor, ya que estaba frente a la madre de mi amigo—. El Demogorgon apareció cuando estábamos apunto de escapar. Will me empujó y... Lo ultimo que vi, fue como ésa cosa iba detrás de él.

Abrí los ojos dejando las lagrimas caer, no quería mirarle a la cara, solo quería desaparecer en este momento.

—Estábamos apunto de salir y él... Me empujó.

Escuche como se levantaba, camino hasta quedar frente a mi y de la nada, me rodeo con sus brazos abrazándome. Tarde un rato en comprender que pasaba, mas la abrace y sentí como se quitaba un peso menos de encima.

Joyce se separo y me miro con una pequeña sonrisa.

—No te culpes, cariño. Will hizo lo que le parecía correcto, ayudar a un amigo aun si él tiene que salir herido —me tomo de las mejillas sin quitar la sonrisa. Se había manchado un poco de la viscosidad, mas pareció no importarle—. Lo acompañaste y sé que cuidaste muy bien de él. Te agradezco mucho por eso y ahora podemos traerlo de vuelta a casa, sano y salvo ¿de acuerdo?

Asentí con repetidas veces, Joyce me soltó y me pellizco una mejilla sonriendo, a lo que trate de sonreír.

—Ahora estamos iguales, tendré que cambiarme —rió, camino a la puerta y antes de cerrarla, me miro—. Te traeré la ropa, vuelvo en un rato.

—Gracias.

Love you, Mike || Mike WheelerWhere stories live. Discover now