Love you, Mike || Mike Wheeler

La extraña

La lluvia no tardo en llegar, las gotas caían demasiado rápido y parecía que no iban a parar hasta el día siguiente. La sudadera que usaba no servía de nada, mi cabello estaba mojado y eso me desesperaba. Los chicos no dijeron nada en todo lo que llevamos de camino, estaban demasiado callados, aunque de vez en cuando gritaban el nombre de Will esperando a que nos oyera.

—¡Will! —grite, escuche algo moviéndose entre los arbustos y con mi linterna apunte a estos esperando encontrar algo.

Dustin se me acerco y camino a mi lado.

—Así que... ¿tú y Will se conocen? —pregunto, a lo que asentí.

—Sí, desde que mi mejor amiga se fue, él comenzó a invitarme a pasar los recesos con ustedes —este asintió, grito el apellido del desaparecido y volvió a mirarme para que continuará—: Por eso conozco sus nombres... supongo que Will vio lo solitaria que estaba e intentaba que me uniera a su grupo.

—¿Y por qué no aceptabas?

Mire a Mike por un momento, él y yo fuimos amigos cuando comencé a ir a la primaria, podría decir que fue mi primer amigo desde que puedo recordar. Sin embargo, tristemente nos distanciamos lentamente hasta solo saludarnos pocas veces en los pasillos.

—No estaba segura de si me querían ahí.

Recordar el pasado era lo más difícil para mí, pues cuando trataba de recordar cosas de mi infancia, nada se me venia a la mente... era como si esa parte de mi vida estuviera en blanco. Hasta diría que el recuerdo más antiguo que puedo encontrar, sería cuando entre a la primaria y ese día lo recuerdo perfectamente.

—Tonterías, cuando encontremos a Will podrías unirte a nosotros si quisieras —tal vez no era mala idea, quería volver a ser cercana a Mike como solía hacerlo y a lo mejor, igual con estos chicos—. Alto, ¿eres la hermana de Harrington?

—Sí, ¿cómo lo conoces?

—Sale con la hermana de Mike —por eso estaba en la casa de los Wheeler, nunca me contó sobre su relación con la chica—. No se parecen en nada.

—Me lo han dicho antes... debe ser por qué soy más hermosa que él.

Ninguno de los otros dos decía palabra alguna, por lo que supuse que solo estaban escuchando nuestra conversación, la cual dejamos de lado y seguimos caminando bajo la intensa lluvia llamando a Will en espera de una respuesta. Estaba comenzando a hacer frió y como solo tenia una sudadera, se me era imposible no titubear.

En todo este tiempo podía sentir la mirada de alguien sobre mi, no sabia quien era y no quería voltear a ver. Pero el sentir que no dejaba de mirarme, me causaba curiosidad y cuando volteé a ver quien era, el pelinegro miro para otro lado.

—Chicos, de verdad, deberíamos volver —hablo Dustin, pasando sus manos por sus brazos para brindarse un poco de calor.

—¿En serio, Dustin? —dijo Lucas algo molesto. No lo culpaba, la lluvia me iba a enfermar, pero la prioridad ante todo era Will y no importaba si nos enfermábamos—. ¡Si quieres comportarte como un bebé, vete a casa!

—¡Estoy siendo realista, Lucas!

—¡Cállense! ¡Dejen de actuar como unos inmaduros! —grité, tenían que parar o seguirían peleando y eso no ayudaría en nada—. ¡Debemos enfocarnos en encontrar a Will y no estar peleando como niñas pequeñas!

Se quedaron callados y más Dustin, que parecía estar realmente concentrado en sus pensamientos.

—¿No pensaron que Will desapareció porque se topo con algo malo? —hablo Dustin después de haber estado mirando sus tenis un buen rato—. ¿Y qué si vamos al mismo lugar donde lo vieron por última vez?

—Dustin, cállate —el recién nombrado siguió hablando de su teoría sobre la desaparición de Will.

Mike se enfocaba en algo, estiro sus brazos para que nos detuviéramos, el crujido de una rama romperse fue lo que capto mi atención. Sea lo que sea, se movía tan rápido haciendo que nos asustáramos y miremos a varios lados.

Por impulso sujete el brazo de Mike, este no se quejo y con las linternas apuntamos a un lugar exacto, o a una persona. Era una chica que se veía de nuestra edad con la cabeza rapada y con solo una camisa amarilla que le quedaba grande.

La pobre estaba asustada, mojada y descalza.

—Oh mierda —susurre.