Pequeña

10.8K 936 426
                                    

Estábamos todos en el suelo formando un pequeño circulo, con unos palos hicimos un mapa improvisado del laboratorio y usamos una lata de soda para pretender que era el edificio. Estuve apunto de contarles sobre mis poderes a los chicos, pero me retracte de último momento, sabiendo que no estábamos en la situación indicada. No podía simplemente decirles "Por cierto, tengo poderes ja ja", por lo que era mejor no contarles nada de momento.

Les explique lo que había visto dentro del lugar y por donde estaba el portal, el cual, Eleven ya conocía.

—Entonces, el laboratorio ¿fabrica armas?

—Sí, armas para luchar contra los rusos, comunistas y demás —contesto Mike, abrí los ojos en sorpresa y mire a la chica.

"Somos unas malditas armas del gobierno" pensé, haciendo una mueca.

—Cielos, esto es grave.

—Muy grave. El lugar es como una fortaleza —dijo Lucas.

—No podemos volver a casa, ahora somos fugitivos —musito Mike, levante la cabeza y escuche algo en el cielo. Sonaba como las hélices de un helicóptero.

Apunte al cielo y los demás vieron lo mismo que yo, efectivamente era un helicóptero.

Tomaron las bicicletas y se apresuraron a esconderlas bajo el autobús, entre a el viejo vehículo con prisa siendo seguida por los demás y nos agachamos para que no nos vieran por las ventanas. Pudimos escuchar como el helicóptero pasaba por encima del viejo vehículo y con mis manos, me tape los oídos. Mike se me acerco y me tomo de las mejillas, obligándome a verlo.

—Tranquila, no nos encontraran.

El chico me abrazo y escondí mi cara en su cuello aun con mis manos en mis oídos, tratando de no escuchar el sonido del helicóptero. Cerré los ojos por un momento y de la nada, no escuche nada más.

[...]

Lo único que podía escuchar era mi respiración, la cual era lenta y pesada. No podía ver nada gracias a la inmensa oscuridad de la pequeña habitación y finalmente, la luz me cegó por unos segundos en cuanto la puerta se abrió. Esperaba ver a papá, mas me decepcione al ver a dos hombres vestidos de blanco, como siempre.

—¿Y papá? —pregunte, mas ninguno de los dos no dijo nada.

Odiaba sus expresiones con todo mi ser, nunca expresaban nada, no apreciaba a ver ni una pequeña pizca de sentimiento. Solo era pura seriedad que me causaba terror de tan solo verles el rostro.

Se me acercaron y me tomaron de los brazos con fuerza, me sacaron del pequeño espacio y comenzaron a llevarme a un lugar desconocido. Forceje intentando zafarme de sus fuertes manos y lo único que conseguí, fue que me pegaran con un bastón eléctrico. Como siempre sucede cuando hacia resistencia y seguramente, dejarían marcas en mi espalda.

Grite por el dolor y caí al suelo de rodillas, las lágrimas volvieron y la horrible sensación en mis manos también.

¿Quién era tan cruel para tratar a una simple niña así?

—¡Levántate! —exclamó uno de ellos.

Y por primera vez en mi vida, experimente la ira dentro de mí. Sentía la adrenalina correr por mis venas, mi respiración incremento a los pocos segundos y mis manos cosquilleaban demasiado. 

Los quería muertos.

Me levante lentamente, me gire a ver a los hombres y uno de ellos parecía gritarme con enfado, sin embargo no lo escuchaba y el otro me miraba con... Horror. Ladeé la cabeza y el primer hombre, alzo el bastón con la intención de darme otro golpe y antes de pegarme con él, lo detuve con mi mano, sin tocarlo.

Esa tan conocida luz azul envolvía mis manos.

Le quite el bastón de la mano, la mire con detenimiento y regrese mi mirada a los dos hombres, mi cara no mostraba ningún sentimiento, al igual que ellos hace momentos atrás. Le dí vuelta a mi mano haciendo que el bastón terminara en forma horizontal frente al ojo del hombre, el otro quería llorar y sin mirarlo, lo alcé en el aire y lo golpeé contra el techo con fuerza. 

Lo tire al suelo y lo levante de nuevo al techo, y así, hasta que murió. Hice todo eso sin despegar mis ojos del otro, este ahora temblaba y abrió la boca para decir algo, termino gimiendo del dolor ya que tenia el bastón atravesado en el ojo, hasta salir por la parte trasera de su cráneo.

Su cuerpo cayó al suelo y me dí la vuelta, para finalmente escapar de este lugar.

Varias personas intentaron detenerme y terminaron mal heridas, entre ellos, puede recordar a una mujer disparándome directamente al hombro, pero no era una bala. Me sentí algo mareada y mire a la mujer y con un solo movimiento de mis manos, salio volando al igual que los demás.

Camine entre las desconocidas calles del desconocido lugar, mi cabeza estaba comenzando a doler, tenia las inmensas ganas de vomitar y no tenia idea de a donde ir. Mire el cielo y vi que estaba apunto de llover, las gotas empezaron a caer sobre mi piel y cerré los ojos queriendo disfrutar del momento. Disfrutar de mi libertad.

Pero apenas cerré los ojos, las imágenes de lo que sucedió momentos atrás, aparecieron en mi mente de manera tan rápida que termine vomitando en un arbusto.

Había matado a 9 personas en total.

Deje escapar un sollozo, me tire al suelo de rodillas dejando escapar un gran grito que me dejo con dolor de garganta. No podía creer lo que acababa de hacer, acababa de matar a nueve personas. Lleve mis manos a mi cabeza sintiéndome peor, tuve que entrecerrar mis ojos cuando dos luces se acercaban lentamente, era una camioneta y esta se detuvo a unos centímetros de mi.

Miraba el vehículo asustada y un hombre de unos 30 años, salio de este.

—¿Estás bien? ¿Te perdiste? —pregunto el hombre, este llevaba un extraño sombrero y emitía un peculiar olor—. No te preocupes, soy oficial de policía... Mi nombre es Jim...

Levanto ambas manos en el aire y se me acerco lentamente, yo retrocedí asustada y baje la mirada solo para encontrarme con un arma en su cinturón.

Chille y me levante corriendo en dirección al bosque.

—¡Pequeña, no corras! ¡No te haré daño! —grito.

Mire atrás e hice que un poste de luz cayera frente a él, deteniéndolo de seguirme y aproveche para correr lo más rápido que pude. Me estaba comenzando a cansar, el dolor de cabeza estaba comenzando a desaparecer, sin embargo sentía que me iba a caer en cualquier momento.

Afortunadamente pude mirar de lejos la casa más cercana, pude ver que las luces estaban apagadas y al escuchar como el hombre se acercaba, corrí a esta abriendo la puerta con la mente y cuando ya estuve adentro, la cerré con cuidado.

Pude sentir el dolor en mis pies en cuanto me pare, avance unos pasos sin poder ver en donde estaba y de la nada, las luces se encendieron y lo primero que hice fue tocar el hombro de un chico, al que por alguna extraña razón, no le tuve tanto miedo.

—Yo la cargo, suban al auto —escuche esa conocida voz—. ¡YA, ES UNA ORDEN!

Sentí unos brazos bajo de mi cabeza y de mis piernas, el peculiar olor a cigarro llego a mis fosas nasales y me removí entre los brazos de la persona. Me dejaron sobre un asiento, me pusieron el cinturón y cerraron la puerta con fuerza, abrí los ojos gracias al ruido que causo esta.

Mire a todos lados y mire a la persona a mi lado.

—Ya era hora de que despertaras.

Love you, Mike || Mike WheelerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora