Informe de la Comisión Imperial sobre el desastre de Ionith

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Por

Lord Pottreid, Chairman



Primera parte: preparaciones

Los planes del emperador para la invasión de Akavir datan de la década de los 70 del segundo siglo, cuando inició la toma de los pequeños reinos insulares que se ubican entre Tamriel y Akavir. Tras la caída del Puerto Negro en Esroniet en el año 282, Uriel V ya estaba planeando cómo hacerse con el premio que ansiaba. Ordenó la reforma a fondo del puerto, que serviría para organizar a las tropas invasoras y como vía para el avituallamiento a lo largo de la campaña. En aquella época inició la construcción de los numerosos e inmensos transportes oceánicos que serían necesarios para efectuar el cruce final hasta Akavir, una de las deficiencias de la armada hasta el momento. Queda claro que el emperador comenzó a preparar la invasión con anticipación, incluso antes de terminar la conquista de Esroniet, y que no se debió a un repentino capricho, tal y como algunos piensan.

Cuando el príncipe Bashomon sometió Esroniet a la autoridad imperial en el año 284, el emperador pudo dedicar toda su atención a planear la campaña de Akavir. Se enviaron expediciones navales en los años 285 y 286 para sondear las rutas marítimas y costas de Akavir, y se contrató a varios espías a sueldo del Imperio para que obtuviesen información, ya fuera mediante artes convencionales o mágicas. A la luz de dicha información, el reino de los tsaesci, al suroeste de Akavir fue el primero de los objetivos elegidos para la invasión.

Mientras tanto, el emperador iba reuniendo su contingente expedicionario. Se creó una nueva Flota del Lejano Oriente para la campaña, que por un tiempo dejó en evidencia al resto de la armada; se dice que es la flota más poderosa jamás reunida en la historia de Tamriel. Las legiones V, VII, X y XIV fueron las elegidas para efectuar el desembarco inicial; a estas les seguirían los refuerzos de la IX y la XVII una vez se asegurase la cabeza de playa. Si bien el más común de los mortales pudiera pensar que se trataba de una parte relativamente pequeña de los efectivos totales del ejército, hemos de recordar que este cuerpo expedicionario se encontraría al final de una larga y débil cadena de abastecimiento; además, el emperador y el mando de la armada opinaban que la invasión no encontraría mucha oposición, al menos en un principio. Quizá lo más importante es que la armada tan solo contaba con capacidad de transporte pesado suficiente para cuatro legiones a la vez.

Llegado este momento, hemos de reseñar que la Comisión no halló error alguno en los preparativos a la invasión del emperador. A raíz de la información disponible antes de la invasión, (que, aunque a la postre resultase deficiente, costó mucho obtener), la Comisión cree que el emperador no actuó llevado por la precipitación o la imprudencia. Algunos dicen que el cuerpo expedicionario era demasiado reducido. Por el contrario, la Comisión estima que, aunque se hubiera dispuesto de embarcaciones para trasladar y abastecer a más legiones (circunstancia harto imposible sin perjudicar el comercio en todo el Imperio), ello habría acrecentado la magnitud de la tragedia y no la habría evitado. Y es que tampoco era cuestión de privar al resto del Imperio de sus legiones; el recuerdo del Usurpador Camorano aún era reciente, y el emperador creía (y así lo entiende la Comisión) que la seguridad del Imperio se resentiría al enviar más tropas fuera de Tamriel. En cualquier caso, la Comisión sostiene que el cuerpo expedicionario era demasiado grande. A pesar de la creación de dos nuevas legiones durante su reinado (y la refundación de la V), la pérdida del cuerpo expedicionario dejó al Imperio en una posición peligrosamente débil en relación con sus provincias, tal y como demuestra la situación actual. Ello sugiere que la invasión de Akavir estaba por encima de la capacidad del Imperio en aquel momento; aunque el emperador pudiera haber mantenido y desplegado un ejército mayor en Akavir, el Imperio se habría hecho añicos a sus espaldas.

La Biblioteca de Tamriel: OBLIVIONWhere stories live. Discover now