Capítulo Cincuenta y Seis: La Propuesta [Parte 2/2]

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Capítulo Cincuenta y Seis: La Propuesta. [Parte 2/2]

Maldición.

Creo que no puedo controlar mis nervios, moriré de una crisis nerviosa y estoy sola en casa entonces nadie se dará cuenta y cuando vengan ya será demasiado tarde.

¡Dios! Detente no seas dramática oigo una vocecita en mi cabeza y le hago caso.

Vuelvo a repetir el proceso de inhalar y exhalar y logro calmarme un poco, luego cuento de uno a diez y creo que funciona porque me calmo mucho más.

Veo lo que llevo puesto y realmente Zayn tiene buen gusto, me compró un vestido negro tallado que llega arriba de la rodilla, súper lindo debo admitir, unos tacones negros no muy altos y se lo agradezco, un collar y aretes. Al principio no quería ponermelo pero era porque él no tenía que haber gastado en mí. Luego tuve una platica muy larga por teléfono con Nicole que estuvo algo acalorada por su parte y recuerdo muy bien lo que me dijo: En este momento tú irás a tu habitación, tomaras ese vestido y te lo pondrás no quiero que me digas pero es que no puedo, pero es que él no debió gastar, pero nada Char, no quiero oír salir de tu linda boquita un puto pero ¿está bien? Tú sólo pontelo, sal de casa y disfruta que la noche es joven. Si Zayn te compró ese vestido fue por algo, así que tu deber es lucirlo y deslumbrar a ese pobre chico que ya esta loco por ti. Te quiero y me cuentas que tal estuvo. Adiós.

Me quedé atónita y tarde aproximadamente diez minutos en procesar lo que me dijo mi amiga y hacerle caso.

Y entonces acá me encuentro en medio de mi habitación con un vestido negro. A mi cabello no le hice nada, solo lo peine y llevo poco maquillaje.

Respiro profundo y veo mi reflejo en el espejo, no es por alardear pero me veo muy bien y me pone muy feliz eso. Tomó un bolso de mano que encontré en el cuarto de mamá y guardo mi celular y un poco de dinero en el. Antes de salir de mi cuarto cojo el papelito que venía con el vestido, es la dirección del lugar, salgo de mi guarida y bajo las escaleras a paso lento.

Por alguna extraña razón Louis no se encuentra en casa, mamá tuvo que trabajar por lo que no me extraña su ausencia. Cuando llego a la planta baja, busco en el llavero las llaves del auto de mamá pero ¿adivinen qué? No están, esas malditas llaves no están.

Me digo una y otra vez que no debo alterarme, que esto no debe alterarme. Lo puedo solucionar fácilmente, llamando a un taxi y listo, y eso es lo que hago. Ellos me dicen que estará acá en menos de diez minutos y me parece bien. Cojo un juego de llaves de la casa y salgo, el clima no es frío a pesar de ser las seis de la tarde, lo que me sorprende es que ya este muy oscuro. Saco mi teléfono del bolso para saber cuanto tiempo ha pasado desde que pedí el taxi y....

— ¡Mierda!

Son las siete de la noche.

— ¡Mierda! ¡Mierda! ¡Mierda!

Empiezo a caminar de un lado a otro, voy tarde, voy muy tarde. La nota decía 6:30 p.m. y yo voy media hora tarde. Creo que estoy empezando a transpirar pero veo que se acerca un taxi y eso me alivia un poco. El auto se estaciona frente a mí y subo en la parte trasera.

—Buenas noches señorita —me saluda un chico.

Me sorprende ver que es joven, un poco mayor que yo pero es joven y eso es suficiente para sorprenderme. Esperaba a un señor con bigote y barriga. Pero él esta bien, es algo atractivo a la vista. Le doy créditos por eso.

Sacudo esos pensamientos de mi cabeza.

—Buenas noches —le devuelvo el saludo y le tiendo el papel—¿podría llevarme a está dirección?

PROHIBIDO [z.m]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora