Ep. 2 Ámbar

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***Octubre 2010***

Pasaron 15 años después de aquella noche, me obligué a olvidar todo lo referente a aquel incidente. Mi madre y yo nos mudamos a San Francisco dejándole el negocio de la ganadería a un hermano de mi padre, ninguno de los dos quería volver a esa región.

Me centré en mis estudios de medicina, mi madre falleció unos meses después de graduarme y hoy en día estoy comenzando a buscar empleo, todo estaba yendo perfecto, por primera vez era dueño de mi vida.

—Buenos días señora Quinn —saludé a mi casera como todos los días.

—Buen día, Dr. Miller, por cierto, le llegó una carta. —Me respondió mientras me extendía un sobre.

—Gracias, lo revisaré de inmediato.

Las únicas personas que me enviaban cartas eran miembros de mi familia allá en Minnesota, no quería leerla, cualquier cosa relacionada a ese lugar me aterraba, pero algo me hizo abrir el sobre y comenzar a leer.

"Collin,

Soy tu prima Anna, espero esta carta logré llegar a ti, llevamos meses intentando contactarte, resulta que necesitamos tu firma para unas compras, recuerda que eres el dueño de una parte de este rancho, por favor ven pronto."

Fue más un recado que una carta, sin embargo no tenía intenciones de poner un pie de nuevo en ese rancho.

. . .

Mis días como interno en el hospital St. Martha eran bastante agotadores, pero es lo que se espera cuando eres de las personas con la menor jerarquía.

—Hey hermano ¿Tienes planes para este fin de semana? —Joseph era uno de mis compañeros, muy amigable pero a veces bastante molesto.

—Pues la verdad no, lo de siempre, aburrirme en casa y ver series.

—Deberíamos salir... —Mi compañero no pudo terminar su oración cuando mencionaron mi nombre a través de los parlantes, una persona me requería en recepción.

Cuando baje, ví a una mujer con un vestido blanco parada junto al escritorio de la recepcionista, no logré reconocerla pero de igual manera me acerque.

—¿Ocurre algo? —pregunté a Michelle, era el nombre de la recepcionista.

—Collin, esta señora pregunta por ti, dice que te conoce.

Giré para ver a la mujer, su rostro había sufrido el paso de los años, pero por más que me esforcé no logré reconocerla.

—¿Qué se le ofrece? —La tomé del brazo y la lleve hacia las sillas que había al otro lado de la habitación.

—Necesito su ayuda, hace unos días mi marido tuvo un accidente y fue gravemente herido. —La mujer me explicó mientras buscaba algo en su bolso. —Mire, es él —. Sacó unas fotos de su esposo, un hombre de unos 60 años, cabello corto y con un semblante de seriedad.

Las tomé y pasé las fotos una por una hasta que llegue a una en particular, específicamente la espalda del hombre, con una especie de cuchillada que la atravesaba en diagonal.

—Señora ¿Cómo le pasó eso a su esposo?

—Fue a cazar con unos amigos, y algo los atacó.

Cuando esa mujer terminó aquella oración, un escalofrío recorrió mi espalda y me erizó cada vello de mi cuerpo.

—No la puedo ayudar, lo siento. —Me levanté de aquella silla con la intención de irme.

—Mi esposo murió, un día después del ataque, pero hace dos días lo vi en mis sueños y me habló de usted, que usted burló a la muerte y usted puede ayudarlos a descansar.

—¿Perdón?

—A él...y a su padre. —La voz de esa mujer reflejaba una seguridad enorme, creía lo que me estaba diciendo.

—Lo lamento, no puedo. —Salí de ahí casi corriendo.

Pasé todo el día pensando en lo que esa señora había dicho, era una locura que pudiese hablar con los muertos y era una locura mayor el pensar que aquella criatura había sobrevivido. Cuando llegué a mi departamento, note que había luna llena, odiaba la luna llena, como pude me quedé dormido en el sillón y entonces mi subconsciente me atacó.

En mi sueño estaba solo en medio de aquél campo, escuchaba la respiración anormal de aquel furioso animal, a dónde fuera, esa cosa me seguía, era su presa y no podía escapar. Un aullido me despertó, fue un alivio cuando noté que provenía del perro del vecino, para esto ya eran las 5:00 am.

Pasaron varios días con el mismo sentimiento de estar siendo acechado, hasta que una noche después de un día bastante pesado, en la TV transmitían una película de hombres lobo, las odio, así que decidí apagar la televisión y dormir, o al menos intentarlo, desde la visita de la mujer misteriosa, aquella pesadilla sobre mi siendo cazado por ese monstruo, se había vuelto recurrente.

Cada noche el mismo sueño y en todos ellos moría, pero había una diferencia, en mi sueño justo antes de que esa cosa me atrapé, aparecía frente a mí mi padre y me advertía sobre el peligro que venía, pero ahora en cada sueño...es una persona diferente quién me lo decía.

Recuerdo bien aquél domingo, me levanté y prendí la televisión, apareció el noticiero dando una nota muy rara.

[Por todo el estado de Minnesota, se reportan múltiples desapariciones de ganado, hasta ahora se cree que puede ser culpa de alguna extraña secta ya que los animales no son devorados totalmente]

Esa nota me puso en alerta, era como hace 15 años, sin embargo era problema de ellos no mío, gracias a Dios estaba lo suficientemente lejos.

<<Sabes quién es el responsable ¿Verdad Collin?>>

El tazón de cereal se cayó de mi mano cuando creí haber escuchado aquello, ya no era normal lo que me ocurría, estaba a punto de volverme loco si no hacía algo al respecto.

. . .

—Laura, ¿Creés que pueda ausentarme unos días? Tengo problemas familiares. —No se porque pero ahí estaba llamando a mi jefa para solicitar unos días libres.

—Claro, sólo no tardes, tenemos que preparar el segundo reporte del año. —Temía que dijera que sí.

Aquél día tomé mi maleta, mi instrumental médico y aquel viejo revolver que había comprado cuando me mudé a la ciudad, sabía que el viaje que iba a emprender podía no tener retorno, pero no podía seguir viviendo así, esa cosa me había convertido en una presa y la única forma en que estaría a salvó era asesinándola.

Continuará...

Próximo episodioEl legado de mi padre

Luna de PlataKde žijí příběhy. Začni objevovat