–Bien, cuando se despierte le diré que llame a su casa – Informó, pasándose la mano por el rostro. No esperaba que esto sucediera pronto

–No te tortures ¿Sí? – Un nuevo gruñido se escuchó y hasta él mismo quiso mostrar su cuello a la nada, en sumisión

–Ve por tu alfa, tranquilízalo. Y por favor, no traumes a mi sobrino –

Taehyung rió – Está en casa de nuestros padres por esta noche – Indicó – Y sobre eso, sé que somos adultos y no debería ser de mi incumbencia pero ¿Se cuidaron? –

Jungkook abrió los ojos de repente procesando aquella pregunta. No respondió.

–Tú silencio lo dice todo, llama a la farmacia y pide la píldora. No querrás tener a los Kim sobre tu cabeza en estos momentos –

–Lo hare – Respondió ante esa nueva luz – Y Tae... Gracias –

–Para eso estamos Kookie. Me voy antes de q-

La llamada se cortó, entonces supo que el alfa de su hermano, mitad bestia, mitad humano había desconectado la línea. Bufó, pero antes de dejar el móvil marcó el número de la farmacia para seguir el consejo de su hermano.

Volvió hacia la cocina, desistiendo de la idea de volver a la cama, en cambio seducido con el hecho de prepararle el desayuno a su alfa. Después de toda la conmoción de su conversación con su hermano recién estaba asimilando la idea de que ahora era un omega marcado.

Admiró en el espejo del baño, la rosada marca que adornaba la unión de su cuello, se perdió en el esplendor de su marca y sonrió por la sensación de plenitud que hace mucho tiempo no experimentaba.

–Tenemos un alfa. Nuestro alfa – Se dijo a sí mismo, sobresaltándose cuando el timbre de su departamento sonó.

Levantó el intercomunicador y le dio el permiso al delivery para subir a dejarle su pedido. Se acomodó la sudadera asegurándose de que la marca quedara a la vista, orgulloso abrió la puerta.

–Buenos dias, su pedido señor Park– el chico extendió la entrega

Antes de que recibiera el paquete bien cerrado, unos fuertes y abrumadores brazos lo tomaron de cintura y su espalda se pegó al pecho caliente de su alfa. Yugyeom miro al chico que, con una sonrisa, le entregaba el bulto a Jungkook y le ladró sin pudor.

–Disculpa las molestias, muchas gracias – Se apresuró a pagar el omega cuando su alfa empezó a dar una muestra de sensualidad al pobre hombre besándole el cuello descaradamente sobre la marca.

Segundos después estaba cerrando la puerta a sus espaldas y con algo de dificultad pudo girar entre el agarre hasta quedar de frente a su muchacho.

–Buen dia, dormilón –

El alfa tenía una mirada acusadora que lo decía todo ¿Cómo se atrevía su omega en celo y recién marcado a abrirle la puerta a un extraño? ¡Y vistiendo tan descaradamente! Le habría hecho el amor en ese mismo lugar si no hubiera cerrado la puerta.

–Gyeomie – Susurró el omega, cuando los ojos de su joven amante le quemaron las pupilas.

Yugyeom apretó aún más a su omega contra sí y aspirando profundamente comenzó un ardiente beso con el dueño de su futuro. Habían tantas cosas que quería decirle que no sabía por dónde comenzar para desenmarañar el hilo de sus pensamientos.

–Te amo – Soltó el alfa cuando se separaron, apoyándose en la frente del contrario. Ese era una buena forma de comenzar con todo lo que iba a decir.

El omega sonrió sobre sus labios y volvió a atraerlo un poco más. Se sentía tan excelso y desbordante de buenos sentimientos que esperaba que los problemas permanecieran lo más lejos  posible.

¡No soy un bebé! × YugKookWhere stories live. Discover now