Oportunidad al Amor [Kakashi Hatake] [Obito Uchiha]

7-La primera revisión

Semanas después, fueron a la primera revisión. Laura estaba emocionada, pero notaba que Obito se encontraba demasiado nervioso.

—Pareciera que es a ti a quién van a hacer la revisión, Obito.

—Sólo no sabía que podía entrar a la sala contigo y las enfermeras, no sé qué puedo hacer yo. Normalmente de esto se ocupan las mujeres.

—En la actualidad, el padre también participa en esto. Pero si no quieres ir, no te voy a obligar.

—¡No! ¡Es decir! Sí quiero ir, quiero acompañarte y ver a nuestro hijo por primera vez.

Laura rió alegre por la seguridad que mostró Obito en aquel momento después de haber estado tan indeciso anteriormente. Era algo nuevo para él y quería tener la experiencia. Había aprendido mucho de aquellas nuevas experiencias al irse con Laura.

Cuando llegaron, Laura y él se quedaron en la sala de espera, prestando atención por si la llamaban. Minutos después, la enfermera salió en su busca y la pareja entró en la habitación junto a ella.

Tumbada en la camilla, Laura suspiró. Nunca habría pensado quedarse embarazada, pero había salido así y, aunque antes lo hubiera desechado como idea, ahora estaba emocionada porque tenía en su vientre al hijo del hombre que amaba.

Mientras, Obito no sabía qué tenía que hacer, por lo que se quedó de pie mientras acariciaba la mano de su novia.

—Bien. Lo primero de todo, enhorabuena—sonrió la enfermera—. Ahora vais a ver a vuestro bebé por primera vez, y el primero por lo que veo en la ficha, así que supongo que estaréis emocionados y nerviosos, ¿no?

—La verdad es que sí—respondió Laura con una sonrisa, mirando a Obito, que estaba algo serio.

—¿Usted es el padre?—preguntó ella.

—Sí, así es—respondió Obito entrecortado.

—Tienes suerte, Laura. Es muy guapo—comentó sacando el gel y abriendo el botón del pantalón para que se viera bien el bajo vientre.

Obito desvió la mirada algo avergonzado y Laura rió.

—El más guapo. Tengo buen gusto. Además es la mejor persona que he conocido nunca.

—¿Podemos dejar de hablar de mí? Al final me sacaréis los colores.

Las dos chicas rieron y la enfermera alargó el aparato hasta el bajo vientre de Laura, haciendo aparecer una imagen en la pequeña pantalla. Laura y Obito miraron hacia ella y la enfermera comenzó a explicarles.

—Como llevas 6 semanas de gestación, el feto es muy pequeño. Posiblemente lo confundiréis con una legumbre—sonrió—. Pero más o menos, se distingue el cuerpo. Esto de aquí es la cabeza, lo más grande por el momento, y esto de aquí es el cuerpo, que parece que acaba en una pequeña cola.

Laura y Obito se miraron alegres, viendo a su pequeño bebé en la pantalla. Todo lo que les explicaba la chica, lo guardaban en su memoria para futuras revisiones, donde podrían ver con más definición las extremidades y la cabeza. También, pasados los cuatro meses, podrían saber el sexo del bebé.

—¿Tú qué dices?—preguntó Laura de camino a casa—. ¿Les preguntamos el sexo del bebé o esperamos la sorpresa del parto?

—Mmm... No lo sé, lo que tú decidas...

—¿Y qué querrías que fuera? ¿Niño o niña?

—Mientras nazca sano y salvo, me da igual. Pero supongo que un niño... Así podría jugar con él. Si fuera una niña posiblemente no entendería muchas cosas y tendrías que encargarte tú.

—Pero seguro sería una niña de papá. La consentirías en todo—habló Laura con una sonrisa.

Obito hizo una sonrisa de lado y Laura aparcó en el porche de la casa. Los dos entraron en casa, con unas hamburguesas en mano y se dispusieron a comer. Tiempo después, ambos se encontraban sentados en el sofá, Laura abrazada por Obito mientras apoyaba la cabeza en su pecho. Ella se había quedado dormida gracias a las incesantes caricias que el Uchiha le dedicaba en el brazo y este hacía zapping buscando una cadena que echara algo interesante.

Al final, dejó el documental de la 2 y puso el temporizador a la tele para que se apagara en un tiempo determinado. Apoyó su cabeza en la de ella y en un momento se quedó dormido también.

Cuando despertó, notó que estaba solo en el sofá. Se restregó la cara somnoliento y miró hacia atrás, donde Laura estaba preparando la masa para un bizcocho. Sonrió al verla manchada de harina y respiró hondo mientras se levantaba. Se acercó hasta Laura y la abrazó por la espalda mientras hundía la cara en su cuello, besando su piel.

—Obito—rió—. Me haces cosquillas.

—Te haría cosquillas, pero tú no me dejas...

—Eso no es cierto—sonrió mientras dejaba el bol en la encimera.

—¿Ah, no?—preguntó mientras comenzaba con ellas.

Tanto Laura como Obito reían y ella no dejaba de pedirle que parara. El pelinegro cogió un puñado de harina y se lo echó a Laura que abrió la boca sorprendida. Pero ella metió el dedo en la masa y le manchó la nariz, sorprendiéndolo a él.

—¡Pero serás...!—gritó riendo.

—¡No! ¡Obito!—gritó con una sonrisa mientras él volvía a hacerle cosquillas.

Entonces, el timbre de la casa sonó, acabando con su diversión. Los dos llegaron a la entrada y abrieron la puerta, encontrándose con un cartero. El hombre los miraba con una ceja alzada y Laura no podía dejar de reír.

—¿Vive aquí Alejandro Pedrosa?

—Sí, soy yo—dijo Obito saliendo.

—Está bien. Firme aquí, por favor—le pidió entregándole la carta y el papel para que firmara.

Cuando se marchó, los dos se miraron curiosos entrando en la casa y Obito abrió la carta. D. Alejandro Pedrosa: Ya puede recoger el título académico que se le atribuye a las pruebas superadas para E.S.O. y Bachillerato. En el Ayuntamiento, Departamento de Educación. Saludos. La sonrisa de ambos se amplió aún más. No se lo esperaban ya que Laura pensaba que tardaría más. Ella abrazó a Obito y él la correspondió alegre mientras daban vueltas.

—¡Esto hay que celebrarlo!—dijo Laura ilusionada.

—Sí—respondió Obito emocionado. Ahora tendría más oportunidades para encontrar trabajo.

Laura y Obito se besaron con pasión y rieron. Laura se había manchado de la masa que él tenía en la cara. Después de terminar de limpiar la cocina y ducharse, guardaron la masa para que reposara y salieron de casa, en dirección al Ayuntamiento.

Aquel...iba a ser un buen año.