Capítulo LII

2.3K 185 0
                                    

(Foto: Anastasia)

4 años después...

Los rizos de oros vuelan conforme Anastasia corre a la mayor velocidad que sus pequeñas piernas le permiten. Su riza me alegra el corazón y sigo corriendo detrás de ella. Nunca pensé que fuera a jugar de nuevo en los grandes jardines dónde crecí pero aquí estamos... de nuevo en Suecia.

No es lo mismo sin las chicas pero Anastasia no me permite recordarlas con tristeza porque ella es toda mi felicidad.

-¡Mami, ya casi nos atrapa! –Anastasia me grita siguiendo corriendo mientras por un segundo voltea para atrás.

Daniel "corre" detrás de nosotras haciendo que ambas corramos más rápido.

-¡Las voy a alcanzar! –grita Daniel causando un grito de emoción de parte de mi pequeña.

-¡Nunca nos vas a atrapar! –digo sin parar de correr.

-¿Segura? –dice corriendo más rápido.

Volteo a mis espaldas y Daniel está a tan solo unos pocos metros de mí, corro lo más rápido que mi incómodo vestido me permite pero no es suficiente, Daniel me carga rodeando mi cintura y gracias a la velocidad a la que ambos íbamos, caemos al verde césped riendo.

-¡Mami, tenías que correr más rápido! –me regaña Anastasia corriendo hacia nosotros.

-Perdón corazón, Daniel es muy rápido. –Anastasia se acuesta en el césped a lado de nosotros.

-Y tú no te salvas. –Daniel se acerca a ella y empieza a hacerle cosquillas en el estómago causando una fuerte risa que seguro se escucha hasta el castillo.

Miro la alegría de mi hija y me pregunto qué habría sido de nosotras sin Daniel, él ha estado gobernando Francia desde aquí y el conflicto que tuvimos antes entre nuestras naciones se disolvió por completo formando una alianza.

No he visto a Cristy desde su boda con George, ahora es la condesa de Escocia y vive allá desde hace un año. Leonor superó a Carlos y se ha ido a vivir con el Príncipe Eduardo de Portugal, hace pocos meses que no la veo pero estaba tan acostumbrada a ella que me hace mucha falta. Isabel fue la más afortunada, pasó de ser una dama de compañía a ser la duquesa de España a lado de Louis. Después de todo, mis amigas consiguieron al amor de su infancia y no puedo estar más feliz por ellas.

Anastasia extraña también mucho a su tía pero entiende que tiene responsabilidades al tener sangre se la realeza corriendo por sus venas. Ella sabe que un día tendrá que ocupar su lugar en el trono para ser la Reina de Rusia y de Suecia pero falta mucho para eso, ahora solo tiene que disfrutar su vida siendo una niña, no una princesa.

Muchas personas piensan que ya es tiempo de comprometerla con alguien pero no quiero cometer el mismo error que mi madre cometió conmigo. Ella va a escoger al niño que quiere pasar toda su vida a su lado.

-Reina Alexandra. –un mensajero me saca de mis pensamientos y llama la atención de Daniel haciendo que deje de hacerle cosquillas a Anastasia. 

-¿Qué pasa? –pregunto viendo su expresión de preocupación.

-Tengo noticias desde Rusia... -dice mirando a Anastasia y Daniel.

-Anastasia, ¿por qué no le enseñas a Daniel tu nuevo caballo?

-¡Sí! –grita emocionada.

Daniel la carga y me mira a los ojos preocupado, le agradezco con la mirada y se aleja con Anastasia en camino a los establos.

-¿Qué pasa en Rusia? –digo volviendo la mirada hacia el mensajero.

-Tengo contactos que dicen que el Rey Fernando está en camino hacia acá –hace una pausa y percibo la preocupación en su mirada- Temen por la vida de la Princesa Anastasia.

Mi corazón late tan rápido que me duele el pecho, después de tantos años son saber nada de él se decide aparecer y poner la vida de mi hija en peligro, esto no se va a quedar aquí.

-Gracias, pongan guardias en todas las entradas del castillo y no lo dejen pasar a menos que yo lo permita.

-Sí,  Majestad. –hace reverencia y corre apresurado hacia el castillo.

Corro lo más rápido que puedo hacia el establo donde lo primero que veo es la sonrisa y los ojos grisáceos de Anastasia, con la felicidad de una niña normal sin saber que al ser una Princesa corre peligro hasta en su propio hogar. Daniel se preocupa al ver mi expresión.

-Quédate aquí cepillando Estrella, ahora vuelvo. –le dice Daniel mientras que Anastasia solo asiente con la cabeza.

-Fernando está a unas horas de llegar y tienen razones para pensar que le quiere hacer daño a Anastasia –susurro para que mi hija no logre escucharme.

-No les va a pasar nada, no lo voy a permitir.

-Yo me puedo cuidar sola pero necesito que cuides a Anastasia mientras me encargo de Fernando. Se tienen que esconder. –le digo mirando sobre su hombro a la niña que platica con su caballo esperando una respuesta.

-Ten cuidado Alexandra, prometió que se vengaría por la muerte de Michelle hace años, quizá éste es su momento. No te quiero dejar sola... -pone su mano sobre mi mejilla con cariño y después acomoda mi cabello detrás de mi oreja.

-Voy a estar bien –camino hacia mi hija y me pongo de rodillas para estar a la altura de ella- Anastasia, tengo unas cosas que hacer pero Daniel se va a quedar contigo. ¿Por qué no le enseñas a jugar a las escondidas?

-¡Sí, nunca he jugado con él a eso!

-Pero te tienes que esconder muy bien, recuérdalo, no tienes que salir por nada. –le digo y ella asiente- Te amo hermosa.

Le doy un abrazo y ella me abraza de vuelta rodándome el cuello con sus pequeños y delgados bracitos.

-Yo también te amo, mami.

-Vamos Anastasia, no queremos que anochezca antes de jugar. –Daniel la carga subiéndola a su caballo dirigiéndose al castillo.

El sol se esconde poco a poco detrás de la montaña llena de árboles. No tenemos mucho tiempo... La oscuridad jugará a favor de Anastasia pero en contra de nosotros si tenemos que encontrar a Fernando.

Solo espero que sea mentira y todo sea una enferma broma.

La Próxima ReinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora