Capítulo X

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Es hermosa. Parece una muñeca de porcelana y no puedo evitar sentir envidia por su sedoso cabello chocolate y rizado con unos chinos perfectos.

 Parece una muñeca de porcelana y no puedo evitar sentir envidia por su sedoso cabello chocolate y rizado con unos chinos perfectos

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Lleva puesto un vestido beige con un listón café alrededor de la cintura. Camina dudosa detrás de su madre conforme entran a la corte. Estoy sentada en mi trono a lado del de mi madre y siento las miradas expectantes ante mi reacción ante su llegada.

La Reina Marie York es totalmente diferente a su hija. Tiene una larga cabellera rubia y lacia, ojos azul intenso y camina con seguridad mientras avanza hacia nosotros.

-Reina Camile un gusto volver a verla. –dice la Reina Marie haciendo reverencia.

-El gusto es mío. –nos ponemos de pie y hacemos reverencia ante ellas.

-Hace ya varios años que no visitaban la corte. Tantos que no conocemos a su preciosa hija Leslie. –mi padre habla amigablemente.

-Es un largo camino hasta aquí Rey Manuel...

-Me imagino. –finaliza mi madre.

-Leslie, modales. –dice Marie casi en un susurro mirando a su hija.

-Es un placer por fin conocerlos. –la dulce voz de Leslie se escucha suavemente mientras hace una reverencia ante nosotras.

-Princesa Leslie, un gusto conocerla. –le digo con voz firme para que no haya dudas de quién es la fuerte del lugar.

-¿Les parece si vamos a desayunar? –pregunta mi hermana rompiendo el incómodo momento.

-Fabuloso. –contesta de inmediato Marie.

Caminamos en silencio hasta llegar al comedor principal. Los Aragón de un lado de la mesa y las York en el otro.

-No se ve engreída. –me susurra mi hermana al oído.

-No ha hablado. Hasta que no estemos a solas lo averiguaremos.

-Alexandra y Leonor son las mejores corredoras a caballo. –presume mi madre y sonreímos.

-A Leslie también le encanta montar a caballo.

-Deberían cabalgar juntas, sería bueno para que convivieran. –sugiere mi padre y trato de no asesinarlo con la mirada.

-Una carrera. –dice mi hermana y le doy un pisotón por debajo de la mesa.

Suelta un pequeño quejido pero nadie parece notarlo. Leonor, estás muerta.

-Me parece genial. –añade mi madre- ¿Te agrada la idea Alexandra?

-Sí claro. ¿Cuándo?

-Me parece bien al atardecer. Ahora quisiéramos descansar, fue un largo viaje. –dice Marie acariciando el cabello de Leslie.

-Por supuesto. Los guardias les mostraran sus habitaciones.

Terminamos de desayunar y los guardias escoltan a las York a sus habitaciones. Mis padres van a la sala de conferencias para un asunto importante que no se molestaron en mencionar. Leonor y yo nos encontramos con Isabel y Cristy en la biblioteca real.

Nos sentamos en círculo en el piso de madera alrededor de los cientos de estantes llenos de libros antiguos de todos los tamaños y colores.

-¿Cómo les fue?-pregunta Cristy.

-Mi hermana va a competir en una carrera de caballos contra Leslie. –dice Leonor orgullosa.

-No. Si yo compito, tú compites. Tú me metiste en esto...

-Bien, entonces vamos a competir contra Leslie –corrige Leonor.

-Las va a hacer trisas. –nos advierte Isabel negando con la cabeza lentamente con la mirada clavada en el piso.

-Gracias por los ánimos... -le digo riendo.

-Tiene razón, todos saben que es casi imposible ganarle a Leslie York. –la apoya Cristy.

-Al parecer la única que no estaba enterada es Leonor.

-¿Ya sabían todas? –pregunta apenada Leonor con la cabeza baja y todas asentimos.

Leonor se muerde el labio, está nerviosa. Siempre que se muerde el labio significa que esta estresada, con miedo, o nerviosa, tantos años de vivir con ella tengo que saber lo que significa cada movimiento.

-Pero no te preocupes. –le digo y me mira a los ojos- Le vamos a enseñar quien manda. Tal vez sea la mejor, pero solo porque nunca ha competido con nosotras...

-Estamos hablando de que Alexandra le ganó a un Príncipe en cabalgata. –nos apoya Isabel.

-Retiro lo dicho. –comienza a decir Cristy- Leslie debería estar temblando de miedo. Le quitaran el título de ser la mejor en cabalgata.

-¿Le darán miedo los perros? –propone Isabel y todas compartimos miradas cómplices.

-Tendremos que averiguarlo. –les digo mientras Cristy me dedica una sonrisa maliciosa.

-Amaré más a Duquesa si les tiene miedo. -admite Leonor.

-Vamos por Duquesa. –les digo poniéndome de pie y ellas después de mí

Será una tarde muy divertida.

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