Capítulo III

7.7K 443 68
                                    


(Foto: Cristina)

El camino fue largo y un muy tedioso, según Fernando tardamos casi dos días en llegar hasta el territorio Romanov. El barco se movía de un lado a otro sin parar, al principio me sentía demasiado mareada pero después de tantas horas en el mar, mi cuerpo llegó a acostumbrarse a las grandes olas.

Lo bueno del viaje fue que nos dio tiempo de conocernos. Los Romanov tienen una vida mucho más interesante que la nuestra.

Fernando desde los 3 años lo llevaron de casería y desde entonces todos los fines de semana va de caza. Tiene 10 años, los acaba de cumplir el mes pasado, recuerdo que mi padre denegó la invitación ya que no quería que lo conociera aún.

En nuestro reinado mi padre toma la última palabra sobre el pueblo, la Reina tiene la última palabra sobre sus hijas. Así que aquí estoy, conociendo a mi prometido, por órdenes de la Reina.

Carlos por otro lado tiene 5 años al igual que Leonor solo que el próximo mes él cumplirá los 6. Por supuesto estamos invitadas es cuestión de que mis padres den su aprobación.

En los establos de castillos tiene muchos caballos y Fernando me prometió que me llevaría a la playa a cabalgar o quizá a las grandes montañas a cazar.

El castillo es enorme y precioso, construido con piedras grises con unos jardines fantásticos. En la entrada a los jardines se encuentran unos árboles podados con letras.

-¿Qué significan las letras? –pregunto a Fernando mientras el carruaje pasa por las piedras debajo.

-Son las iniciales de nuestros nombres. –me aclara sonriendo.

Entonces me doy cuenta. G por la Reina Gabriela. E por el Rey Enrique. C por el Príncipe Carlos. F por Fernando y A por...

-¿Tienes una hermana? –pregunto y me mira confundido- ¿A?

-Alexandra, la mandamos podar para ti. –sonrío sin poder evitarlo.

-No era necesario.

-Claro que lo es, eres parte de la familia ahora.

El carruaje se detiene. Fernando toma mi mano para ayudarme bajar del carruaje. Frente a mí se encuentra una gigantesca puerta de madera tallada con algunos símbolos que no logro entender.

Hemos llegado. Estamos en el castillo de los Romanov, en Rusia. Lejos de mi familia.

****

Dos de los guardias rusos nos escoltan a las alcobas que usaremos durante estas semanas. Al final del pasillo se encuentran 5 habitaciones pero aun así muy separadas una de la otra.

-¿Es de su comodidad si tienen alcobas separadas Princesa? –pregunta uno de los guardias que me escoltan a mi habitación.

-Perfecto, estamos acostumbradas. –respondo- Mis damas deben estar cerca, a mi disposición.

-Por supuesto Majestad. Estarán en las alcobas más cercanas al igual que la de su hermana.

-¿Cuándo conoceré a los Reyes?

-Mañana, Princesa. Tiene una reunión planeada por su llegada y el compromiso con el Príncipe Fernando.

-Muy bien. Gracias, puede retirarse. –el guardia me dedica una reverencia y se aleja con mi hermana y damas.

Me adentro a la alcoba y es ligeramente más grande que la mía en Suecia. Las paredes están tapizadas con el escudo de los Romanov como la nuestra de los Aragón.

La Próxima ReinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora