Invitación desprevenida.

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 - ¿Y que haces por aquí chamaco?

- Bueno, resulta que todo esta extremadamente atareado... 

- No es de mi incumbencia, pero ¿puedo saber el por qué?

- Pues, 1ro resulta que mi casa no es mi casa, luego mis amigos no me reconocen... -Fui interrumpido.-

- ¿Hablas de cuando saludaste hace un buen rato?

- Sí, ademas. Parece que mis padres no son mis padres realmente o algo así... - Dije ya confundido frunciendo el ceño y viendo fuera de la ventana.-

- Uh, no tienes donde quedarte no... 

- No. 

- Puedes quedarte en mi casa... Mientras arreglas lo que sea que sea que te este sucediendo. 

- No, gracias... -Respondí con mucha seriedad.-

- Vamos, te ves muy mal. Debes descansar... ¿Me dejas contarte una breve historia? -Exclamo.-

- Eh... Si... 

Pense: Es raro, que suceda. Mi madre me enseño a no ir a casa de cualquier extraño... Pero párese que mi madre no es mi madre aquí... O allá no se. 

Luego, mi pensamiento fue interrumpido por la voz de aquel hombre.

- Cuando tenia 14 años mis padres me dejaron, me sacaron de casa para trabajar, y al no saber que hacer, me perdí. Nunca mas volví a verlos, no digo que los odio, pero tampoco los amo. Dure 2 años en vagancia, durmiendo en callejones, en bolsas, vistiendo ropa que encontraba en la basura, comiendo comida podrida. Y teniendo uno que otro amigo que desaparecía al cabo de algunos días. No quiero que nadie pase por eso, tuve que trabajar, luchar, pelear y perder cosas valiosas para llegar a tener esto que tengo hoy. Y estoy agradecido por ello. Pero no dejare que un chico como tu apenas empezando a vivir tenga que pasar por ello. Al igual que jamás dejare que mi hija sufra... Puedes ir y quedarte en mi casa hasta que te establezcas. Ademas, ya se hace de noche. 

- Pues gracias...

- Sí, te dejare quedar. Pero jamas te metas con mi hija. O sino yo mismo te abriré un 3er ojo... ¿De acuerdo?

- Bien... -Dije algo asustado.-

  El resto de día fue muy tranquilo, puede conocer un lado de la ciudad que jamas había conocido. Pude comer nachos, tomar algo de licor, y pensar bien las cosas luego de ver y escuchar todo lo que ese hombre llamado Agustin había pasado. Pero quedaba igual, pues no sabia que hacer. Solo soy un chico de 16 años que ahora es olvidado por todos. ¿Pero me sucedió por qué? ¿Que hice yo para que esto me pasara?

  Llegamos a la casa del hombre, donde pude entrar y oler la canela que se concentraba dentro, saludar y conocer a la señora Andreina, y conocer la habitación donde tal vez duraría días, meses u hasta años...

- Chico, dormirás aquí. Pero debes saber que necesito que me ayudes en todo... Te ayudare a arreglar las cosas, mientras debes trabajar y estudiar. No mantendré vagos en casa. Y debes ayudarme con mi esposa. Pues no le gusta la idea de que un desconocido se una si de rápido a la familia... Luego te llamo a cenar... -Exclamo mientras cerraba la puerta y encendía la luz.- 

 Pense nuevamente: Esto era algo extremada mente raro, pues no a cualquier chico le dejan entrar y estar así... Que raro enserio. 

  La habitación era linda, una cama, una mesa de noche con una lampara de lava verde y azul encima, gavetas grandes, una que otra caja con recuerdos y cojines sucios, y un estampado verde oscuro en la pared. Pero la mejor parte era la ventana, que tenia un pequeño asiento formado por madera... 

- ¡Chamaco, ven a comer! 

- Que miedo. ¿Y si la señora me saca de la casa? ¿Que haré?

  Muchos pensamientos y sentimientos se revolvían dentro mio, pero debía tranquilizarme. Si no lo hacia, no lograría nada. Un respiro profundo me dejo salir de la recamara, bajar las escaleras y ver a la pequeña familia de la que tal vez... Me volvería parte... 


En otra dimensión.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora