¿Gangsters?

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  Las balas zumbaban en los oídos, y de un salto quedamos cubiertos por el pequeño morro de tierra del barranco.

- ¿¡Se asustaron niñas!?

- ¡Cállate, y devuélvenos a Wendy! -Volvió a gritar David.- Llamemos a la policía Adrian...

- No, esto es problema nuestro... 

- ¿Y que haremos? 

- Se que hacer...

  Me levante, y corrí rápidamente al Ford blanco, que estaba allí a unos metros de nosotros, entre y me di cuenta de que era el clásico coche del pandillero drogadicto, todos los muebles rotos, y un olor fuerte a marihuana. Pero eso no es lo que estaba buscando. De arriba a abajo, pero no encontré ninguna arma. 

- ¡Maldita sea!

- ¡Adrian, allí vienen!

- Mierda.

  Me senté en el asiento del copiloto y pensé... ¿Y si nos matan? Jamás saldré de este extraño lugar... En donde no existo... En donde mis padres no me quieren, y vivo encima de una familia, la cual ahora tendrá un funeral triple... 

  Hay fue cuando voltee a ver fuera, y vi algo negro dentro de la guantera de la puerta... Sí, era una Glock. Jamás había tocada un arma, dándome cuenta lo pesada que era, solo apunte al barranco mientras salia del coche, y allí pude ver la trágica mirada de David. Ver como sus ojos se llenaban de miedo, daba mucho que entender. 

- ¡AHORA SI PUTOS! -Grite, sin saber el por qué.-

  Pude pararme en el principio de la caída, y ver a un chico con camiseta y tenis blancos, y su arma cromada que ahora me apuntaba. 

- ¿¡Que harás niña, vienes por tu novia!?

- No, vine por ustedes... 

  Nuevamente las palabras salieron de mi boca, y ahora continuaba a mi brazo derecho. Las balas entraron en aquella persona, y el sonido no se dejo esperar. Pues ya a lo lejos se podían notar las luces azules y rojas de la policía. ¿Pero como era posible? En que me estoy convirtiendo... ¡ACABE DE MATAR A ALGUIEN!... 

- Adrian... ¿Que hiciste bro? 

- Ayúdame a buscar a Wendy. 

  Seguido a ello, bajamos por el barranco, y dando poca importancia al cuerpo que ya hacia en la fría tierra empezamos a buscar dentro de las ramas de pino, y monte tupido del bosque.

- ¿La ves? -Dijo David.-

- No...

- ¿Donde estará?

- ¡Aléjense de mi, malditos!... -Se escucho mientras unas ramas cercanas se rompían.-

- ¡Es ella! - Replico David.-

- Lo se, pero no lo digas así. Parecemos secuestradores...

- Lo siento...

- ¡WENDY, SOY YO ADRIAN! 

- ¿¡ADRIAN!? 

- ¡SÍ, SAL DE ALLÍ HAY QUE IRNOS RÁPIDO! 

  De la oscuridad salio, y con tierra en su vestido, en su cara y algo moreteada. Pude poner mi mano en su cálida mejilla, y decirle: ¡Eres una estúpida!

  Rápidamente tome su mano, y empece a correr mientras le jalaba. 

- Vamos vamos... -Dijo David mientras nos rebasaba corriendo.-

  Nos subimos nuevamente a la queridísima Bronco, y bajando la palanca hasta la D pudimos salir de allí dejando marcas en la tierra. 

- ¿Que hacías? -Dije.-

- ¿De que?

- ¡Con ellos!

- Son... Eran... Como sea, los que me vendían las drogas...

- Maldita sea, ¿no puedes ser como alguien normal, quien las compra a personas normales?

- ¿Que persona que venda droga es normal? -Exclamo David.-

- Cállate, no me ayudas...

- ¿Y quien es el?

- Es David, el que te vio salir con el sujeto del Mustang...

- Eran dos...

- Ah... 

- ¿Y el otro? -Dijo David.-

- Ni idea...

- Allí esta la policía, actúen con normalidad. -Replico David.- 

- ¿Es normal 3 adolescentes en una Bronco tan tarde bajando por una montaña?

- Eso creo, no lo sé. No estoy pensando bien...

- Sí, estoy igual...

  Mientras pisaba el acelerador, mire de reojo a la patrulla... Los sonidos de la sirena no se hicieron esperar, y en mi mente nada rondaba bien, así que pise aun mas el acelerador.


En otra dimensión.Where stories live. Discover now