Los ojos ven, los oídos escuchan pero el corazón no acepta

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Me hice un ovillo en mi cama apretando mi cuerpo lo más que podía, aquella posición me hacía sentir que estaba en un lugar seguro donde nadie podía herirme. Dejé que las lágrimas corrieran por mis ojos sin emitir algún sollozo, estaba cansada de tener que pasar por aquello tan constantemente.

Escuché como la puerta de la habitación se abrió lentamente pero me rehusé a abrir los ojos, quería entrar en otra realidad que no fuera la propia que estaba viviendo, quería que otro experimentara lo que yo estaba sintiendo, no quería que la tristeza me derrotara tan fácil pero ¿Cómo podía evitar sentirme de aquella manera cuando quien hubiera sido mi Pareja me había intentado asesinar un par de veces y yo había hecho lo mismo con quien realmente amaba?

Ese alguien se sentó en la cama y me abrazó, su esencia rodeó mi cuerpo pero no quise saber de quien se trataba. Sentí mucho dolor en mis hombros pues la tensión de todo estaba haciendo sus efectos sobre mí. Había tantas cosas que estaba descubriendo en tan poco tiempo que ciertamente me causaba mucho, mucho vértigo, no me quejaba por saberlas pues fue una decisión propia el conocer todo pero no podía negar la absoluta realidad de que la información estaba haciendo estragos con mi cuerpo y mi vida en general.

Brashier quiere subir a disculparse contigo —Me susurró Igor acariciando mi espalda.

Enrollé más mi cuerpo no queriendo escuchar el nombre de aquel ser que había herido momentos atrás ¿En qué clase de mounstro inmortal me estaba convirtiendo?

Cuando eras pequeña te enrollabas así cada vez que no querías hablar con tu madre o conmigo —Comentó Igor haciendo que las lágrimas circularan con mayor rapidez.

No estás ayudando —Le susurré de vuelta.

Él rió sin humor y suspiró como si los años cayeran sobre él rápidamente.

Tengo 135 años pero nada en el mundo me preparó para ser padre —Comentó acariciando mi cabello—, disculpa si no lo hago bien

Abrí mi ojo izquierdo para mirarle, él me sonreía con mucho cariño. Ugh, me lastimaba que hiciera eso.

—Quiero estar sola

—Pero no es lo mejor —Dijo con suavidad haciéndome estremecer—. Escucha Aristed, las cosas no están yendo bien, eso es completamente cierto y no te ilusionaré prometiendo cosas que yo mismo puedo asegurar. Es cierto que estuviste en peligro pero saliste de él, ambos salieron de él por lo que deben estar agradecidos mutuamente

—Eso no ameritaba que me comportara como lo hice

—Tienes razón pero no vengo aquí para juzgarte por ello, tú misma te encargarás de encontrar una manera de aliviar tu culpa, yo sólo vengo a hacer lo que creo que es lo correcto

— ¿Qué es?

—Avisarte que Brashier quiere hacer las paces contigo

— ¿Por qué no vino directamente? —Pregunté dolida de sólo pensar que me tuviera miedo.

—No quiso causarte incomodidad así que me pidió que intercediera por él para asegurarse que su presencia no empeorará las cosas

Sin poder evitarlo sonreí, una llamita de esperanza ardió dentro de mí.

—Dile que puede venir —Dije sentándome en la cama.

Igor sonrió mostrando sus dientes y sin perder tiempo salió de la habitación. Sequé el resto de las lágrimas que quedaban en mis ojos, no quería verme tan mal para él. Sin pasar más de diez segundos Brashier entró dándome una mirada de sentida culpabilidad.

Irrumpir en el Ardid (irrumpir en el Ardid #1) [En proceso de Edición]Where stories live. Discover now