El ángel de la guerra

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Nota: Capítulo editado casi en su totalidad

Desde lo más profundo de la inconsciencia escuché gritos, no entendía realmente lo que estaba ocurriendo y eso en cierto grado producía en mí algo muy parecido al desconcierto. Luché por acercarme más al lugar de donde provenían los gritos escuchándoles cada vez más nítidos.

— ¡He dicho que la traigas de vuelta! —Gritó una voz con rabia.

Esperé sentir algo, quise recordar lo que había ocurrido pero algo me mantenía en la ignorancia absoluta, no había dolor ni emociones, era como si estuviera suspendida en un estado que bien no podría ser la vida ni la muerte.

—No tienes derecho para elegir —Escuché rugir a alguien o algo, aquella voz era parecida a la de una bestia.

— ¡Te lo ordeno en nombre del ángel Brashier! —Gritó de nuevo la persona y yo me sentí encoger ante la mención del nombre del ángel.

— ¡No eres quien para usar ese nombre! —Le gritó de vuelta la bestia con un rugido.

De nuevo el sentimiento que podía comparar con el desconcierto, necesitaba saber que era lo que estaba pasando, no podía guiarme por el sentido de la vista puesto que todo era oscuridad a mi alrededor. ¿Sería verdad lo que estaba escuchando? Quizás sólo era mi deseo de saber que tendría alguna posibilidad de vivir.

Entonces el sonido del aire agitarse rugió alrededor de donde yo aparentemente me encontraba, me deslicé de un lado a otro unos pocos centímetros sintiendo de nuevo la artificial confusión, me era imposible sentir miedo respecto a todo y eso empeoraba mi condición de no saber qué era lo que realmente estaba pasando.

— ¡Regrésala! —Gritó una voz angelical sonando mortalmente peligrosa. Retrocedí un poco ante la fuerza de ese grito, incluso en aquella forma sin cuerpo podía entender el poder que poseía esa voz.

Cerca de donde yo estaba hubo un jadeo de sorpresa que parecía ser de la bestia. Luché por abrirme paso por en medio de la nada que me decía que ya no poseía un cuerpo. El único sentimiento que pude experimentar fue el de la soledad, terrible soledad ante el hecho de que no podría volver.

—Soy el ángel de la muerte, no regreso a aquellos que me he llevado —Dijo la bestia con desdén.

— ¡Dejarás de serlo si no la traes de vuelta! —Le gritó la voz angelical mezclando el veneno entre sus palabras. Me sentí encoger de nuevo ante la fuerza del ángel.

El aire se agitó con fuerza de nuevo trayéndome el sonido de un horrible borboteo que parecía estar muy cerca de mí, poco a poco comencé a sentir lo que esperaba fuera mi cuerpo. Solté un gemido al sentir dolor en mi pecho a la altura de mi corazón, sentí mi cuerpo punzar dolorosamente mientras mi corazón palpitaba con fuerza como si quisiera ganar una carrera contra la muerte. El aire seguía agitándose a mi alrededor mientras que yo tomaba mi cuerpo de nuevo, sentí sus caricias que me decían que estaría bien lo que logró tranquilizar la confusión en la que me estaba sumiendo.

Segundos después pude sentir el duro suelo debajo de mi cuerpo, esto me aclaró el hecho de que la bestia había logrado acabar conmigo. Otra pregunta apareció acrecentando mi confusión: ¿Quién había revertido aquello?

Me sentí aferrada a mi cuerpo de nuevo por lo que tomé la iniciativa de abrir los ojos, estos estaban terriblemente pesados pero la desesperación me gritaba que debía abrirlos, que necesitaba ser consciente de lo que estaba pasando a mi alrededor. Mi corazón redujo sus latidos estabilizándose, el dolor también disminuyó hasta hacerse inexistente pero sentí como algo más se iba fuera de mí dejando un vacío.

Irrumpir en el Ardid (irrumpir en el Ardid #1) [En proceso de Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora