No todo tiene que empezar con el pie derecho

1K 44 3
                                    

La pesadez de mi cuerpo comenzó a aminorar a paso rápido permitiéndome volver a la realidad, intenté abrir los ojos sintiéndoles hinchados ¿Habría llorado? No, no recordaba haberlo hecho y mi sueño no fue desagradable. Moví mis manos con lentitud intentando captar mediante ese sentido dónde me encontraba.

Entonces los recuerdos me llegaron con agresividad haciéndome abrir los ojos de golpe. Miré a mi alrededor con rapidez, era la habitación de Brandon donde estaba y no recordaba si quería estar o no ahí.

—Te desmayaste y yo curé tus heridas —Le escuché decir repentinamente por lo que me sobresalté.

Él estaba sentado a mi lado izquierdo mirándome fijamente sin ninguna expresión en el rostro, respiré intentando controlar a mi tonto corazón que latía desenfrenado. ¿Qué hora era? Esperaba que no muy tarde, Igor podría preocuparse mucho si no me iba inmediatamente.

—Alto, no te vas de aquí hasta que te recuperes —Me advirtió viéndome levantar de la cama.

— ¿Quién te crees? —Dije con voz ronca.

Brandon sonrió con malicia.

—Perfecto ¿Ahora ves lo desagradable que es que alguien te obligue a quedarte quieto? —Preguntó rodeando la cama.

—Necesito ir a casa, papá se preocupará si no llego —Me senté sintiéndome mareada y completamente débil.

Me llevé una mano al rostro sorprendiéndome por sentirlo tan frío ¿Qué me había pasado? Definitivamente no había sido buena idea intentar controlar mi poder sin supervisión de alguien con experiencia en el tema.

Observé como Brandon caminaba hacia mí con un plato de comida que a decir verdad olía realmente bien, mi estómago gruñó con tanta fuerza que lo cubrí evitando que sonara más.

—Calma león te alimentaré —Bromeó sentándose a mi lado—. Aquí tienes —Me tendió el plato.

— ¿Cocinas? —Pregunté perpleja.

Brandon se encogió de hombros como si aquello no fuera tan sorprendente y en cambio fuera algo sin importancia.

—No tengo necesidad de hacerlo pero sí, lo sé hacer —Le sonreí un poco antes de concentrarme en la comida.

Sin vergüenza a que él me viera comer como un auténtico animal devoré todo en tiempo record, mi estómago lo agradeció enormemente.

—Gracias —Dije acariciando mi abdomen, estaba realmente llena.

Él sólo asintió para dejar el plato en la mesa de noche, luego se sentó de nuevo a mi lado y me miró fijamente a los ojos sin hostilidad, más bien con curiosidad. Abracé mi cuerpo como de costumbre cuando sentí como mi corazón se aceleró en respuesta a su mirada fija, miré sus mejillas que tenían cierta tonalidad rosada clara que era bastante atractiva, luego a sus labios que eran rosados un poco más oscuros y se veían bastante suaves.

— ¿Cómo te sientes? —Preguntó haciendo que le mirara a los ojos de nuevo.

—Mareada y débil —Confesé suspirando—. ¿Qué hora es?

Brandon miró por su ventana por unos momentos y luego me miró.

—Está a punto de amanecer

Entonces salté de la cama con fuerza poniéndome de pie con agresividad, mi cabeza entera se agitó y comenzó a gritarme que Igor debía de estar sumamente preocupado por mí ¡Jesús! ¿Qué había hecho?

—Tengo que irme —Dije con voz chillona mirando a mi alrededor sin saber por qué.

—Ya es demasiado tarde como para preocuparte —Dijo levantándose.

Irrumpir en el Ardid (irrumpir en el Ardid #1) [En proceso de Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora