La furia es especialista en la locura

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Mis alas crecieron completamente por lo que se estiraron con fuerza a cada lado de mi cuerpo produciendo un fuerte sonido de viento que me hizo gemir debido a la increíble sensación de libertad que estaba experimentando. El aro de llamas comenzó a cambiar de color a uno rojo intenso, incluso más que el color de las llamas que estaban en mis manos.

— ¿Puedo pasar? —Le escuché preguntar a Paul dándome cuenta del ruido que producían las llamas.

— ¡No! —Le grité con voz extremadamente celestial, una voz que me hizo pensar a mí misma como en un verdadero ángel del calibre de un serafín.

El aro de llamas creció tomando la forma de ondas, mis alas se agitaron extasiadas del poder que comenzaba a crecer dentro de mí a velocidad media. Mi piel se erizó de placer cuando el aro de fuego chocó contra mi cuerpo con violencia mezclándose con todo mi ser, el sonido fue tan colosal que la casa entera se agitó con fuerza e incluso afuera el aire se agitó haciendo que las hojas de los árboles bailaran con violencia.

Alcé mis brazos queriendo abrazar la libertad que parecía extenderse desde dentro de mí hasta unos pocos centímetros a mi alrededor. Las llamas rojas envolvieron mi cuerpo queriendo protegerlo y luego saltaron hacia los rincones de la habitación, les ordené que dejaran todo intacto, ellas respondieron con un crujido. Una extraña melodía que incluía tambores llenó la habitación, las llamas se hicieron más brillantes disfrutando del ritmo. Mi cabeza se movió sola siguiendo la tonada, la libertad se incrementó llenándome de una emoción tan fuerte que sólo puedo describirla como estar en la cima y luego lanzarse cayendo y cayendo sin ningún otro pensamiento que la sensación de increíble libertad.

Sentí una burbuja nacer en mi pecho, comenzó a subir pasando por mi garganta explotando en mi boca. Estallé en profundas carcajadas de regocijo que estremecieron la casa. Las llamas rugieron con fuerza disfrutando tanto como yo, la melodía aumentó llenando mi ser entero.

La habitación se iluminó con fuerza a causa del brillo de las llamas que no hacían nada más que aumentar y aumentar. Dejé caer mi cabeza hacia atrás sintiendo como un grito quería salir.

— ¡EGO SUM IMMORTALIS! —Grité al mismo tiempo que una voz divina lo hacía.

Reí junto a ella (definitivamente era una mujer) sintiéndome extasiada por lo que estaba pasando ¡Estaba ascendiendo a una inmortal!

El sonido de una risa ahogada me hizo abrir los ojos, miré hacia mi izquierda encontrándome con Paul y Brashier que me miraban embelesados, sonreí hacia ellos y fijé de nuevo mi atención hacia el frente.

Las llamas rojas bailaron delante de mí, retorciéndose y girando sobre sí mismas, luego viajaban hacia mí y se mezclaban con mi piel con violencia, por supuesto esto no me afectaba en absoluto ni siquiera me moví un centímetro. Reí de nuevo sintiendo cosquillas en toda mi piel, cerré los ojos dejándome llevar por las miles de sensaciones que recorrían todo mi ser.

Mis alas se juntaron en mi espalda listas para desaparecer, les di un Adiós silencioso para luego sentir como las llamas le rodearon para ocultarlas. El cosquilleo fue remitiendo al igual que la melodía, de un momento a otro todo estuvo calmado.

— ¡Increíble! —Gritó Paul emocionado.

Tapé mis partes nobles ocultándolas de la vista de ellos ¡Era inmortal! No era ya un simple ángel ¡Era un ángel inmortal! Era demasiado increíble como para poder digerirlo tan fácilmente.

Brashier cubrió mi cuerpo con la toalla y yo le agradecí en silencio aquello.

—Saldré en un momento —Les indiqué por lo que ellos salieron sin rechistar.

Irrumpir en el Ardid (irrumpir en el Ardid #1) [En proceso de Edición]Where stories live. Discover now